viernes, 13 de noviembre de 2020

DEMOCRACIA Y JUSTICIA EN LOS PREMIOS NOBEL DE LITERATURA Y MIGUEL DE CERVANTES

                                                                ÓSCAR ROBLES


     WILLIAM FAULKNER, PREMIO NOBEL DE                                              LITERATURA


Los premios Nobel de Literatura y Miguel de Cervantes pretenden abarcar el mundo entero y el mundo hispánico, respectivamente. Sin embargo, sus estrategias de repartición de distinciones son todavía demasiado monolíticas y metropolitanas cada ano de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Para ser más justos y democráticos, deben otorgarse estos importantes premios literarios mediante ciclos de tiempo y espacio más apropiados al avanzado mundo moderno, global y multicultural del siglo XXI. Propongo las siguientes dos formas de premiación para el futuro inmediato: 

1. El Premio Nobel de Literatura debe establecer oficialmente periodos de cinco años, los cuales se repetirían cíclicamente. Cada año correspondería a un escritor de cada uno de los cinco continentes en un posible y estricto orden alfabético: África, América, Asia, Europa y Oceanía. Así, cada continente tendría un grupo de expertos en las literaturas nacionales que lo componen y cada continente esperaría a su premiado cada cinco años. Luego, vendría otro ciclo igual de cinco años de premiación por cada continente. De este modo, se consolidaría la verdadera democracia literaria, la justicia universal y el multiculturalismo del mundo global.
     GABRIEL GARCIA MARQUEZ, PREMIO NOBEL                              DE LITERATURA EN 1982


2. El Premio Miguel de Cervantes debe concederse en periodos de tiempo de cuatro años, según las cuatro regiones más grandes de habla española. De este modo, habría un premio para un escritor del Caribe y Centroamérica, uno para España, otro para Norteamérica y otro para Sudamérica. Luego, el ciclo se repetiría por cada región y la gente de cada zona geográfica aguardaría cuatro años para saber quién es el ganador de dicho galardón. El solo continente americano contiene alrededor de veinte países donde abundan los escritores de buena calidad artística. España tiene más historia literaria que abarca siglos y es metrópoli europea, pero en el siglo XXI es una nación pequeña comparada con Colombia, Argentina, México o Venezuela, cuyas poblaciones han crecido mucho y han generado el surgimiento de numerosos escritores de gran nivel literario.

        JORGE LUIS BORGES, PREMIO MIGUEL DE                   CERVANTES EN 1979 JUNTO CON EL ESPANOL                                   GERARDO DIEGO

Es cierto que las naciones metropolitanas han producido más y mejores escritores por las grandes condiciones económicas, educativas y culturales de privilegio y de larga historia de décadas y siglos, pues pertenecen al primer mundo. Sin embargo, el Nobel de Literatura pretende ser una distinción universal y el Miguel de Cervantes aspira a ser un premio para todas las naciones de lengua española. Entonces, el otorgamiento de ambas preseas debe regir por democracia, justicia y multiculturalismo, bajo la economía global. Todos los escritores del mundo y de las regiones hispánicas son muy respetables por sus obras. No obstante, es injusto que se premie más a las artistas de la palabra de los países metropolitanos que a los de las naciones periféricas. Es injusto que escritores como León Tolstoi, Phillip Roth, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges y Benito Pérez Galdós y muchos otros, no hayan ganado el Nobel de Literatura. Es inmerecido que los hispanoamericanos Julio Cortázar, Rosario Ferre, Elena Garro y Ernesto Cardenal no hayan obtenido el Miguel de Cervantes. Escribo desde una nación periférica: México.

jueves, 5 de noviembre de 2020

RICARDO FLORES MAGÓN, EL PARTIDO DE MASAS Y LA PROTECCION DE LOS TRABAJADORES

                                        ÓSCAR ROBLES 


Piensa uno: La Revolución Mexicana es, en realidad, una revolución traicionada. Se pregunta uno: ¿acaso la Revolución no es la mayor hazaña militar e ideológica de la historia de México? Y cincuenta años de poder institucional del Partido Revolucionario Institucional responden en el siglo XX: la Revolución Mexicana es el símbolo de la alabanza continua, el modelo histórico intocable, el pretexto para retóricas vacías de los gobiernos institucionales. Es innegable: la Revolución fue el instrumento para el culto positivo a los héroes y la satanización de los antihéroes. Sobre todo, ha funcionado como el instrumento de la dominación del poder político en connivencia con el capitalismo mexicano moderno. Como producto, ha generado la creciente industrialización del país durante una buena parte del siglo XX. 


1. LA CORRIENTE CARRANCISTA-OBREGONISTA: LOS TRIUNFADORES DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA 

Y vuelve uno a 1910: las alternativas ideológicas de ese año eran el Maderismo o el Magonismo. Finalmente, los triunfadores de la lucha armada surgen de la corriente carrancista-obregonista tras la muerte trágica del presidente coahuilense Francisco I. Madero (1873-1913). Esta tendencia política y militar transforma la Revolución en gobierno institucionalizado durante la etapa de la Posrevolución que abarca el periodo de 1917 a 1928. Así, la Revolución se planteó como un cambio de gobierno, como una mutación de hombres en el poder, todos ellos militares revolucionarios. De este modo, Madero cumple un papel político inicial de desplazar el viejo régimen porfirista; en tanto, el coahuilense Venustiano Carranza (1859-1920) promueve el nuevo marco legal e institucional del país con la creación de la Constitución Política de México; finalmente, el sonorense Álvaro Obregón (1880-1928) ejerce la presidencia por un periodo de gobierno (1924-1928), pero su ambición política lo lleva a romper con los ideales de no reelección expuestos por Madero. Desde la perspectiva de clases sociales, Madero era en realidad un terrateniente del norte del país que poco hace por resolver a fondo el problema agrario en México. Además, no busca una reivindicación del trabajo como vigorosa fuerza motora de la nación. Por su parte, Venustiano Carranza tiene una posición en la burguesía del norte del país. Como primer jefe político, Carranza fundamenta una gran reforma ortodoxa en la cuestión de la tierra dentro del plano legal y constitucional, pero no la lleva a cabo en el plano real y efectivo. 

En contraste, la visión de Ricardo Flores Magón (1873-1922) busca regular la tenencia de la tierra de manera inmediata y efectiva y no quedarse meramente en la simple promulgación de leyes. En última instancia, la repartición de la tierra en México sí se inicia realmente durante la Posrevolución. Sin embargo, no se pueden medir sus alcances auténticos hasta la década de los treinta cuando el general Lázaro Cárdenas (1895-1970) gobierna el país. En el tiempo de Madero, Carranza y Obregón, los ambiciosos intereses económicos de los terratenientes mexicanos y el abandono del trabajador, detuvieron el proceso de expropiación de la tierra. 

Así pues, el problema de la tierra se pospuso posteriormente, durante más de sesenta años de lo que se ha llamado comúnmente el periodo de la “Revolución hecha gobierno” bajo los sucesivos gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI). De esta manera, los hombres de la Revolución triunfadora, todos ellos norteños en su mayoría, se preocuparon más por la teorización y la legislación de la cuestión agraria que por la solución práctica y efectiva a los problemas de la repartición de la tierra entre los campesinos mexicanos. 

Por ello, el Magonismo representaba una tendencia más justiciera y pragmática durante el difícil periodo de la Posrevolución. A más de medio siglo de poder institucional, el Magonismo se presenta todavía en el siglo XX como la corriente ideológica y política para rescatar en la historia de México. La organización proletaria independiente y revolucionaria tiene una salida a esta ideología marginada de la Revolución, una ideología que puede ser tomada como un positivo antecedente y como un legítimo expediente histórico de una auténtica revolución obrera y campesina: una revolución masiva. Por este motivo, es interesante analizar a fondo las propuestas de Ricardo Flores Magón a continuación. 


2. RICARDO FLORES MAGÓN, EL PARTIDO DE MASAS Y LA PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES 

A la sombra de una historia marxista, Ricardo Flores Magón es un hombre que se caracteriza por promover la organización de un auténtico partido de masas. Sus ideas eran difundidas desde la tribuna del periódico Regeneración o de las publicaciones que generaba dentro de las cárceles estadounidenses donde fue encerrado por sus actividades políticas de izquierda. El escritor José Revueltas (1914 -1976) considera que Flores Magón es un importante ideólogo del socialismo a la mexicana y un representante auténtico de la clase trabajadora, puesto que sus actividades revolucionarias representan el inicio de una conciencia socialista propia y nacional de la clase obrera mexicana. De ahí que su periódico Regeneración es un importante un órgano difusor de las ideas socialistas. Desde que fue fundado, este periódico nace como medio de agitación social, como un organizador del proletariado, promoviendo la acción verdadera para cambiar las estructuras del poder político en México. 

Con otro grupo de liberales, Flores Magón proclamó el programa del Partido Liberal Mexicano en 1906. Este partido postulaba una serie de medidas para la protección del trabajador. Se suman a este programa los liberales Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, Manuel Sarabia, Rosalío Bustamante y Enrique Flores Magón, quien es el hermano de Ricardo. En este programa, las principales demandas laborales son el salario mínimo y mejores condiciones de higiene y seguridad para el trabajador. No obstante las presiones políticas que sufre, la consigna de Flores Magón se disemina en constantes actividades anarquistas, todas ellas encaminadas a crear un auténtico espíritu revolucionario en el pueblo mexicano. 

Asimismo, la naturaleza del espíritu de Ricardo Flores Magón siempre se orienta hacia la lucha armada con el firme propósito de tomar la tierra. En tanto, el Partido Anti-reeleccionista de Madero pretende crear una reforma política y electoral más efectiva y pide un simple “sufragio efectivo no reelección”. En contraste, el Partido Liberal Magonista busca la auténtica libertad política y, sobre todo, lucha por la verdadera libertad económica por medio de la entrega al pueblo de tierras que detentan los terratenientes desde antes de la Revolución Mexicana. 

Como se advierte, esta perspectiva de Flores Magón es claramente diferente a la de Madero. Por esta razón, estas diferencias marcan la fractura de relaciones amistosas entre ambos partidos y ambas corrientes ideológicas: el Maderismo y el Magonismo. Ya para 1911, la escisión entre ambas tendencias revolucionarias es definitiva y Flores Magón protesta contra la traición del presidente Madero. Desde ese año de la escisión entre los dos partidos políticos, la actividad de Flores Magón se margina del foco central revolucionario. Posteriormente, el Magonismo fracasa junto con los movimientos populares villistas y zapatistas, los que representan lo que ha dado en llamarse “La Revolución traicionada”. 

Con el paso del tiempo, el Magonismo es la corriente ideológica que plantea una organización proletaria auténtica y una lucha revolucionaria como consigna social, a partir de las condiciones concretas y especificas del momento histórico de la Revolución Mexicana. Sin embargo, hay que dejar a un lado su marcado anarquismo y su visión un tanto utópica, la cual es derivada de las comunidades indígenas mexicanos. Sobre todo, es importante concentrarse en las propuestas de protección de los trabajadores con mejores salarios y mejores condiciones laborales, a la luz de los nuevos tiempos mexicanos. 

Particularmente, el programa magonista postula el verdadero e imperativo cambio revolucionario, por medio de la expropiación de las tierras y las industrias, según el Manifiesto de septiembre de 1911. En general, Flores Magón siempre pone al pueblo mexicano como auténticos luchadores sociales y revolucionarios, principalmente durante la etapa bélica de la Revolución Mexicana. Durante su intenso periodo de trabajo ideológico dentro de México y en el exilio, es fiel a su causa y a sus métodos e ideas socialistas y revolucionarios. 

Al final de su vida, todavía en prisión, se le pide a Flores Magón que solicite el perdón de los políticos mexicanos. Sin embargo, el ideólogo, periodista y revolucionario mexicano contesta en una carta con una auténtica visión muy emotiva, honesta e idealista y defiende su honra como luchador social y sus veintinueve años de lucha por la libertad, sufriendo hambre, miseria, prisiones, exilio, peligros y problemas de salud. Sin embargo, sus ideas sobre el reparto efectivo de la tierra entre los campesinos permanecen en el contexto cercano a la Revolución Mexicana como una memoria y una clara denuncia contra las corrientes triunfadoras de esa magna gesta histórica de México, las cuales forman alianza con los viejos terratenientes porfiristas. Especialmente, prevalecen en sus escritos el programa liberal de formación de un verdadero partido de masas y las concretas propuestas para proteger a los trabajadores mexicanos contra los abusos de los patrones y del sistema capitalista mexicano. 



 [NOTA DEL AUTOR: Este artículo fue publicado originalmente en Aura, suplemento cultural de Novedades de Chihuahua el 18 de noviembre de 1983. La presente es una versión corregida y aumentada para ofrecerla a los gentiles lectores de mi Blog “Bitacoraoscar”.].

domingo, 1 de noviembre de 2020

VISIONES Y RE-VISIONES EN LA QUINTA CAROLINA DE CHIHUAHUA

                                            ÓSCAR ROBLES


         LA QUINTA CAROLINA EN EL SIGLO XXI


Enclavadas en las orillas de la ciudad de Chihuahua, hacia la parte norte, se encuentran las llamadas “Quintas Carolinas”. En la década de los ochenta, la gente le llamaba en plural al conjunto de edificios que se situaba cerca del Río Sacramento. Los edificios de ese lugar incluían en ese entonces la casa principal o quinta, la iglesia, la fábrica de hilados y tejidos, el establo, la caballeriza y la bodega, entre otros. 

En realidad, existe sólo una quinta o mansión de campo, la principal, la más grande, la más bella: “La Quinta Carolina”. El nombre del inmueble se debe a doña Carolina Cuilty Bustamante (1833-1919), quien fue la esposa del famoso empresario chihuahuense don Luis Terrazas Fuentes (1829-1823). Así pues, la bella mansión perteneció al destacado militar, político y terrateniente don Luis Terrazas. Curiosamente el nombre completo de esta figura sobresaliente de Chihuahua era José Luis Gonzaga Jesús Daniel Terrazas Fuentes. 

Terrazas era muy rico y esa quinta era una prueba de su gran opulencia. Tenía trece hijos que integraron un poderoso clan familiar al cual se le sumaron los yernos Federico Sisniega y Enrique C. Creel. Su enorme riqueza era tanta que generó una célebre anécdota que circuló por mucho tiempo entre los chihuahuenses. Cuentan las versiones populares que en una ocasión, Terrazas visitó la capital de México y le preguntaron a uno de sus acompañantes que si Terrazas era originario del estado de Chihuahua. Ese hombre contestó en broma que en realidad el estado de Chihuahua era de Terrazas. Así se forjó la leyenda de este terrateniente chihuahuense. En realidad, Terrazas llegó a poseer la novena parte de su estado natal. Asimismo, Terrazas organizó las Juntas Patrióticas en 1862 durante la Intervención Francesa, fue un poderoso aliado del presidente Benito Juárez y ocupó la gubernatura de Chihuahua las siguientes nueve veces: 1860-1864, 1865-1872, 1872-1873, 1873-1873, 1879-1880, 1880-1881, 1881-1882, 1883-1884 y 1903-1904(“Luis”). 

La fastuosa finca está situada en la actual colonia de Nombre de Dios. En los ochenta, yo visité dicho lugar con el propósito de registrar algunas notas sobre el estado en que se encontraba dicha propiedad. Observé que la mayoría de las construcciones estaban en ruinas en ese entonces. El camino hacia la finca era de pura terracería, había muchos matorrales y mostraba algunos notorios contrastes. Unos eran lamentables y otros bellos. Convivían la pobreza del presente y los restos del pasado opulento. Primeramente me encontré el aspecto más sombrío: las casas de los proletarios se disgregaban en la zona aledaña. Había casas de cartón y adobe y los servicios públicos eran escasos: carecían de agua y electricidad. 

Al acercarse a la quinta aparecía el lado florido de la vida: las simétricas construcciones de cantera y árboles grandes y frondosos: toda la naturaleza con sus vestidos más bellos. Esencialmente, la Quinta Carolina lucía como una bella construcción arquitectónica que mostraba el esplendor del pasado. Era como una mujer que, aunque vieja, mostraba aún los rasgos de su juventud hermosa. La mansión relucía recia y elegante, labrada en cantera. Estaba coronada por dos torres, una en cada extremo. Al centro había una torre distinta al centro. Esta torre tenía un aspecto más sobrio y estaba pintada de un tono oscuro. Arriba de esta torre había un águila disecada. La mansión desplegaba cuatro entradas, una por cada lado. Todas ellas tenían puertas grandes y escalones de cantera que daban un aire señorial a la suntuosa construcción. Además, contaban con unas barandas talladas en cantera y varias arcadas en cada entrada. 

La fastuosa casa era protegida por toda una cerca de alambre con pilares como sostén del entramado de metal, así que mi percepción visual fue desde lejos. Dentro de la cerca, descansaba un jardín muy descuidado. La hierba seca vivía ahí. En el enorme jardín, cuatro kioscos pequeños alegraban la soledad de las hierbas. En esos kioscos la familia Terrazas se sentaba a comer y a conversar con sus amigos y parientes. Fuera de la casa, en la parte posterior, se situaba la cochera, también tallada en cantera y con una entrada principal. Arriba de esta entrada lucía la inscripción “COCHERA”. Ya no se guardaban los carruajes propios de la burguesía de aquel lejano tiempo de gran opulencia y poder. Vivian ahí, en ese edificio en ruinas, campesinos y ejidatarios.
                   LA COCHERA EN EL SIGLO XXI

 

A un lado de la cochera, hacia el norte, se ubicaba el establo con su respectiva inscripción en la parte superior. Se aspiraba ahí el olor a pastura y a excremento de vacas. Al parecer ahí se ordeñaban las vacas durante su época de esplendor y hasta en aquella lejana década de los ochenta. En ese entonces, algunas personas trabajaban ahí y se sentía el ambiente laboral de los campesinos. La fábrica de hilados y tejidos era un edificio situado al lado oeste de la Quinta. Su piel de piedra, las paredes, lucían el sabor del tiempo y del sufrimiento. En ese lugar, se filmó una famosa escena de la película El Principio (1973) del chihuahuense Gonzalo Martínez. En la secuencia narrativa, los revolucionarios atacan la hacienda a caballo y Luciano “Chano” Muñoz (Andrés García) lucha con ferocidad desde el suelo y derriba a varios jinetes.
LA FABRICA DE HILADOS Y TEJIDOS EN EL SIGLO XXI

El destacado filme tuvo otras locaciones dentro de la ciudad de Chihuahua. Particularmente, se filmaron escenas en la casona de Luis Terrazas de la avenida Ocampo y calle Aldama. La cinta obtuvo en 1974 los siguientes seis premios Ariel: Mejor Película, Mejor Director (Gonzalo Martínez), Mejor Co-actuación Masculina (Sergio Bustamante), Mejor Co-Actuación Femenina (Lina Montes), Mejor Argumento Original (Gonzalo Martínez), Mejor Edición (Carlos Savage) y Mejor Música (Rubén Fuentes). 

Cercana a la Quinta Carolina murmuraba la iglesia, cargada con sus rezos añejos de tiempo. En esos años de los ochenta, estaba abandonada, pero muy hermosa. Tenía su entrada principal y su mudo campanario. La puerta estaba cerrada. Desde fuera se podía observar el confesionario labrado en madera muy fina. Las bancas, también de madera, estaban un poco despintadas y maltratadas por los efectos del tiempo. Ahí se forjaban las plegarias a Dios y los santos y las vírgenes. Los vitrales eran como los ojos de la iglesia. Se miraba su alma solitaria, pues ya casi nadie la visitaba. En una secuencia del citado filme, Claudia Guadalajara (Patricia Aspíllaga) avanza con su largo vestido, coja, hacia dicho templo. Como mujer de la clase alta, ella luce un cabello largo y bien peinado y su rostro blanco y sus rasgos faciales finos denotan una gran belleza. Despierta la admiración de un joven que la mira.

                 LA IGLESIA EN EL SIGLO XXI

 

En mi lejana visita de los ochenta, la Quinta Carolina guardaba todos esos ecos del pasado. En 2008, el entonces gobernador Reyes Baeza la convirtió en un recinto cultural para estudiar música. En la segunda década del siglo XXI, diseminaba su imponente belleza pintada en color rosa y perfectamente remozada. Florecía como una joya o flor antigua en medio de la moderna ciudad de Chihuahua. En cambio, los otros edificios lucen en ruinas, los techos derrumbados, los muros desmoronados por la el agua del tiempo y hasta es refugio de vagabundos.

LA QUINTA CAROLINA CON SU JARDIN EN EL SIGLO XXI

 

El filme El Principio de Gonzalo Martínez le dio vida y jerarquía a la Quinta Carolina a principios de la década de los setenta. Sus espacios arquitectónicos sirvieron de marco a los conflictos familiares y sociales propios de una familia y una sociedad del norte de México durante los comienzos de la Revolución Mexicana. En particular, la historia es ficción y se basa en un argumento original. Gira en torno a los hacendados Ernesto y Francisco Domínguez, cuyos papeles centrales son actuados por Narciso Busquets y Sergio Bustamante, respectivamente. En el siglo XXI, la Quinta Carolina resurgió con toda su belleza y señorío para recordarnos una etapa de la historia de Chihuahua: el tiempo en que la familia de don Luis Terrazas vivió, amó y prosperó en esa elegante mansión.

            LA QUINTA CAROLINA EN EL SIGLO XXI


                                            Obras citadas 

“Luis Terrazas.” Wikipedia. La enciclopedia libre. 3 octubre 2020. Fundación Wikimedia, Inc. 1 noviembre 2020. .

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