“AKASHA MOON” DE ROCÍO INFESTAS: ARTE DE LA ALEGRÍA, LA PAZ Y LA BELLEZA
DE LOS NIÑOS
ÓSCAR ROBLES
Ante todo, la muestra “Akasha Moon” de la chilena Rocío Infestas es arte de exaltación de
la niñez, imágenes plásticas de la paz y la alegría de los pequeños. Para ello,
la madre artista dulcifica colores como algodones de azúcar, suaviza volúmenes
de cuerpos despiertos o en el sueño y traza dibujos de infantes en pinturas;
asimismo, la artista madre talla, moldea y decora figuritas de niños con ternura, imaginería y gracia,
como si fueran juguetitos.
Así pues, la artista madre construye con este tema muy
importante siete pinturas en acrílico sobre tela y configura seis grupos de
esculturas en miniatura, utilizando diferentes materiales [barro, bronce,
plastilina, cerámica]. Todas estas trece obras poseen una factura artística muy
original, creativa y positiva. De este modo, los colores son intensos, puros y
alegres como dulces y caramelos de colores y “resuenan” en las paredes del
museo para mostrar cuán bella y pura es la infancia, por medio de experiencias
cotidianas, familiares y positivas. Estas obras proyectan el sueño, la alegría
de vivir, ternura, dulzura y gracia. En conjunto, todas las imágenes proyectan
una gran belleza y gran arte sencillo, alejados del clásico pathos de los artistas, de las figuras
de niños en desgracia, del expresionismo dominante en los murales y la pintura
mexicana contemporánea. En cierto sentido, la visión artística de Infestas en
los cuadros es cercana a la perspectiva de la artista norteamericana Mary Cassat
(1844-1926) por la proyección de la vida sencilla, cotidiana y domestica de los
niños aunque con diferentes técnicas en ambas pintoras.
La propia Rocío Infestas explica el título de su
interesante exhibición artística. Para ella, los “Registros Akáshicos” son “una
memoria universal” y “un espacio multidimensional”, donde las personas archivan
“conocimientos y experiencias” del presente y “las potencialidades futuras”,
según el cartel de presentación de la muestra artística del Centro de
Desarrollo Cultural (CDC) de la ciudad de Chihuahua. En consecuencia, la
exhibición de Infestas se basa en este concepto y sus obras presentan
“memorias” y “relaciones humanas”, partiendo de la construcción de las imágenes
plásticas de sus propios hijos retratados con sus pinceles y reflejados
simbólicamente en graciosas esculturas en miniatura. Entonces, los cuadros son en
realidad “escenas cotidianas de su familia” y hasta puede verse “una luna
dentro de un cuarto oscuro”, evocando “una perspectiva cósmica lunar”, confiesa
finalmente la pintora chilena en dicho cartel.
En estas trece obras, la madre artista glorifica a sus
hijos con sencillez y la suavidad del dulce colorido. Los pinta en perspectiva
de acercamiento, la cual es una perspectiva cercana propia de la madre que vela
cuidadosa y devotamente el sueño y los juegos de sus hijos y se inspira y lo
convierte en obra de arte. En general, las pinturas son retratos de gran
hechura figurativa. En tanto, las esculturillas muestran una factura estética
como de juguetes o adornos pequeños, tallados con sumo detalle y delicadas
pinturas brillantes.
He aquí una breve descripción de estas pinturas y
esculturas y una muestra de fotografías de algunas de estas obras:
I
LAS PINTURAS DE NIÑOS: LA DULCE Y ALEGRE INFANCIA
1. “FERNANDA”
[110 X 190 cm., acrílico sobre tela, 2016]. La escena es una especie de retrato
de familia en el cual el personaje único y central parece propio de historias de
dibujos animados por las pinceladas mágicas y el colorido tan vivo. La niña que
da nombre al cuadro está de pie sobre un fondo de cielo azul claro y hierbas color
verde limón. Destacan en este amable retrato la faldita de olancillos color
blanco, sus blusita de rosa mexicano con florecillas de líneas blancas y el
cabello marrón alborotado. En general, los colores intensos y felices impactan
más al espectador en contraste con el suave dibujo de los contornos y hacen
parecer a la niña como parte de una historieta feliz o un cuento de hadas, bajo
una visión armónica del mundo.
"FERNANDA" DE ROCIO INFESTAS |
2. “LUCIO 2”
[140 X 157 cm., acrílico sobre tela, 2016]. Dentro de una escena doméstica de
paz, un niño pequeño duerme y el blanco de sus ropas y el ambiente reflejan la
delicada y sentida emoción de la artista madre. El dibujo es blando en su trazo
y el cándido blanco de las telas refleja la ternura de la escena.
3. “ALICIA”
[120 X 140 cm., acrílico sobre tela, 2016]. Este retrato de niña presenta una
gran factura artística: Se conjugan el memorable gesto de ternura y la armonía
de los colores muy vivos. El naranja y el rojo son dulces: Pared neutral y
simple al fondo y encarnada colcha de cama, respectivamente. Desde una
perspectiva de acercamiento, en primerísimo plano, la niña mira con dulzura al
frente con sus redondos y vivos ojos café oscuro de ligeros resplandores, su
rostro blanquecino, sus labios rosados y breves y la gracia de sus manos
apoyando el rostro. Viste una blusa blanca con tenues manchas rosadas. En
general, el intencional colorido tiende a borrar el realismo fiel de la imagen,
como en los cartones de dibujos animados. En suma, el cuadro exalta la belleza
de la niña y los efectos del color la convierten en una especie de princesita
de filmes de cuentos de hadas, por los efectos mágicos logrados con los
pinceles de la artista madre. Es uno de los mejores cuadros de la muestra.
"ALICIA" DE ROCIO INFESTAS |
4. “LUCIO 1”
[122 X 200 cm., acrílico sobre tela, 2016]. Ahora, el mismo niño duerme y
dominan los colores cándidos y dulces: Blanco y violeta.
5. “NIÑAS DORMIDAS”
[160 X 160 cm., acrílico sobre tela, 2016]. En esta escena de casa, dominan
los ‘azucarados” colores rojo, verde y rosa, los cuales son colores que velan el
sueño de las niñas, quienes descansan luego de sus juegos infantiles.
6. “SIN TÍTULO”
[sin descripción ni fecha]. Dos niños pequeños duermen plácidamente sobre una
cama con sábanas blancas, cuyos pliegues están muy bien trazados. La tranquila
escena hogareña es vista desde arriba como una escena de cine de dibujos
animados, como una historia de cuento de hadas de final feliz. La niña viste
una blusa rosa y el niño trae un pañal color rosa claro y una camiseta blanca.
En general, el dominante y cándido color blanco evoca descanso y paz del hogar.
Los dibujos suaves tienden a diluir la escena y las caritas de los infantes
parecen rostros de personajes de historietas.
"SIN TITULO" DE LA PINTORA CHILENA ROCIO INFESTAS |
7. “NIÑA CRISTAL”
[150 X 160 cm., óleo sobre MDF, sin fecha]. La escena forma parte de un mural donde
domina el color azul. Trazada sobre la pared del museo, Infestas retrata a una
niña.
II
LAS ESCULTURAS EN MINIATURA: EXALTACION Y MITIFICACIÓN DE LA INFANCIA
En general, las seis figurillas representan imágenes de
niños que proyectan imágenes de ternura y gracia y hasta intentan una
mitificación de algunas de ellas, ya sea con la referencia directa a la
divinidad o con la descripción que implica un cargo de la realeza
indígena prehispánica. Todas estas pequeñas esculturas fueron forjadas con
tallas sutiles, barnices y/o moldeadas a mano. Algunas son formas más
primitivas y otras lucen como figuras más elaboradas a base de pigmentos. En
general, estas figurillas son básicos paradigmas de miembros de familias y significan
exploraciones estéticas muy creativas para representar imágenes y relaciones
familiares a partir de la configuración de cabezas con rasgos humanos, decoraciones
y atuendos. En estas representaciones, aparecen también los niños bajo la fantasía
creadora de Infestas.
Por ejemplo, la primera escultura “HERMANOS” consta de dos piezas, fue hecha con barro cocido y es una
creación del periodo 2010-2014. Esta obra son dos cabezas de niños dormidos con
apariencia sencilla y primitiva que nos remite al arte de la antigüedad. Las cabezas
muestran el trazo sencillo de sus ojos cerrados, su naricilla y sus bocas
pequeñas para lograr la imagen antropomórfica de los personajes mencionados en el
título de la obra.
Los lectores pueden apreciar la creatividad de Rocío Infestas revisando los títulos, los materiales y las fechas de creación de las otras seis esculturas:
"HERMANOS" DE ROCIO INFESTAS [PERSPECTIVA POSTERIOR DE LA ESCULTURA] |
"HERMANOS" DE ROCIO INFESTAS [PARTE FRONTAL DE ESCULTURAS] |
OTRA TOMA DE LA ESCULTURA "HERMANOS" DE ROCIO INFESTAS |
Los lectores pueden apreciar la creatividad de Rocío Infestas revisando los títulos, los materiales y las fechas de creación de las otras seis esculturas:
2. “BABY GOD” [Bronce, 2014].
3. “BABY HEADS” [Plastilina
epóxica y óleo, 2013].
4. “PREHISPANIC PRINCE” [Barro
crudo, 2015].
5. “BABY GODS” [Cerámica de papel
y acrílico, 2015].
6. “GOLDEN HEADS”
[Plastilina epóxica, pintura de aerosol, 2013].
En conclusión, la muestra “Akasha Moon” de Rocío Infestas proyectó la belleza, la paz y la
alegría de los niños en general, a partir de las escenas domésticas de los
propios hijos de la pintora sudamericana en las pinturas y la mitificación de los
niños y humanos en las esculturas. Ante todo, las treces obras exhibidas revelaron la gran creatividad de su autora y la búsqueda de imágenes más amables y positivas
de los niños, apartándose del pathos tradicional
de los artistas plásticos de Occidente. Por ello, es una mirada artística de mujer
y madre.
La exhibición “Akasha
Moon” fue presentada en el Centro de Desarrollo Cultural (CDC) de la ciudad
de Chihuahua en marzo de 2016. La pintora y escultora Rocío Infestas (Viña del
Mar, Chile, 1979—) es chilena y ha vivido en la capital del Estado de Chihuahua
por un tiempo. Ella estudió pintura, grabado y escultura en el CNA de la zona centro
de la Ciudad de México y ha expuesto en Norteamérica, Europa, Norteamérica y
Sudamérica, según el cartel de presentación de dicha muestra.
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