lunes, 29 de febrero de 2016

RODOLFO FIERRO EN "ORO, CABALLO Y HOMBRE" DE RAFAEL F. MUNOZ: EL VILLISMO "SOMBRIO"

RODOLFO FIERRO EN “ORO, CABALLO Y HOMBRE” DE RAFAEL F. MUÑOZ: EL VILLISMO SOMBRÍO


ÓSCAR ROBLES



   El general Rodolfo Fierro fue un revolucionario mexicano, nacido en El Fuerte, Sinaloa. Además de estos básicos datos, la Enciclopedia de México (1977) registra tres datos importantes: 1) Fierro murió “ahogado al cruzar la pantanosa laguna de Guzmán, cerca de Casas Grandes, Chih.”; 2) fue “villista”; 3) fue “famoso por su dureza” (“Fierro”). Estos tres aspectos históricos de la biografía de este revolucionario son muy importantes en la configuración de la trama central y en la caracterización del protagonista Fierro en el cuento “Oro, caballo y hombre” de Rafael F. Muñoz. Un análisis de personaje de este cuento permite establecer ante todo la perspectiva estética y ética de Muñoz en torno al general Fierro. Aunque es un gran revolucionario villista en la historia mexicana, el citado cuento de Muñoz retrata a Fierro como un personaje extremadamente individualista y como la línea arrogante, ambiciosa y sombría del Villismo.


1. UN POCO MÁS DE HISTORIA SOBRE FIERRO


En la historia de México, Rodolfo Fierro (1880-1915) se caracteriza por ser un hombre violento y sanguinario y por encarnar la barbarie del Villismo. Físicamente, era robusto, de piel morena, ojos claros y mirada dura y “eléctrica”. Algunos aspectos importantes de Fierro antes de su incorporación a la Revolución Mexicana son los siguientes: No conoce a sus padres, era hijo de una india mayo, participa en la represión de la huelga de Cananea en 1908, pierde a su esposa Luz Dessens y a su hija pequeña en el mismo parto de la cónyuge, según Paco Ignacio Taibo II (193-194). Después, Villa conoce al maquinista Fierro en el tren que conduce preso al duranguense desde Parral a Jiménez en 1912 y, entonces, Fierro se le une a Villa alrededor del 17 de junio de 1913 en Durango (193-194). Finalmente, el biógrafo Ramón Puente apunta que la mirada de Fierro era “insolente” y que lucía como “un perro injertado de lobo” (Citado por Taibo II 194).
Varias de sus principales acciones dentro del Villismo y de la Revolución lo describen como un hombre violento y sanguinario. En octubre de 1913, por ejemplo, Fierro es perdonado por Villa por haber matado con una daga al oficial García de la Cadena en Torreón (Taibo II 212). Por su parte, el periodista estadounidense John Reed refiere que Fierro mata a sangre fría a quince personas (Citado por Taibo II 278). También, Fierro asesina al hacendado escocés William Benton en Ciudad Juárez el 15 de febrero de 1914 y es herido en una pierna el 23 de junio de 1914 en la batalla de Zacatecas (Taibo II 285, 383). Entre 1914 y 1915, sus dos años finales de vida, ocurren los siguientes dos eventos de muerte y violencia: 1) En 1914, mata al teniente coronel coahuilense David G. Berlanga; 2) en febrero de 1915, es protagonista de una “tremenda matazón” de soldados carrancistas en los alrededores de Zapopan, Jalisco, donde “estaba enloquecido” (457, 490).  Asimismo, vive algunas acciones militares sangrientas y criminales. Por ejemplo,  en mayo de 1915, fue herido en batalla contra los carrancistas al mando del general sonorense Álvaro Obregón en el estado de Guanajuato y, en septiembre de 1915, mata de un balazo al traidor general villista Tomás Urbina cerca de Las Nieves, Durango (531, 558). Finalmente, Fierro muere ahogado en la Laguna de los Mormones, al oriente de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, el 13 de octubre de 1915, víctima de las patadas de su caballo probablemente (570). Este acontecimiento trágico es, precisamente, el asunto central de “Oro, caballo y hombre” de Muñoz.

2. “ORO, CABALLO Y HOMBRE”: EL SALVAJISMO, EL INDIVIDUALISMO, LA AMBICIÓN Y LA ARROGANCIA DE FIERRO
        
En “Oro, caballo y hombre” de Muñoz, la imagen literaria de Fierro es una de las facetas más negativas del Villismo. La trama del cuento se resume de esta manera: Tras la dolorosa derrota en la batalla de Celaya contra las fuerzas de Obregón, Fierro cabalga con un grupo de soldados villistas de la División del Norte dentro del municipio de Casas Grandes, Chihuahua, cargado de pesadas monedas de oro, bajo el frío glacial y sobre la dureza del hielo en el crudo invierno. Mientras todos los villistas rehúsan cruzar la medio cuajada laguna y prefieren rodearla, Fierro entra a las heladas aguas en su caballo y muere ahogado, sin que pueda ser rescatado por sus compañeros. Al final, los villistas lamentan la pérdida del “oro” y del “caballo”, pero no la del “hombre”. Un análisis detallado del protagonista permite ver la visión negativa y sombría construida por Muñoz en torno a la personalidad del general Rodolfo Fierro, mediante un narrador omnisciente.
         En primer lugar, la imagen estética y ética de la barbarie de Fierro se concentra en tres imágenes poéticas con animales salvajes, en una breve referencia a su papel militar en la poderosa División del Norte y en su papel de criminal. Por un lado, Fierro tiene “boca de perro de presa”, sus piernas se aferran a los flancos del caballo “como si fueran garras de tigre” y, finalmente, pronuncia “un alarido gutural como de un orangután en la selva”, hundido en el agua de la laguna (Muñoz 235, 239). Por otro, el narrador omnisciente describe que Fierro fue “bandido”, pero que también representaba un papel de mando importante, ya que era el “dedo meñique del Jefe de la División del Norte” (235). Especialmente, el narrador sostiene que Fierro era un “asesino brutal e implacable, de pistola certera y dedo índice que nunca se cansó de tirar del gatillo” (235). En suma, el narrador lo llama “el bandolero” y lo ve como un salvaje, pero no exalta su papel positivo de revolucionario (236).
         En segundo lugar, la arrogancia excesiva de Fierro se nutre un poco de valentía y de arrojo, pero sobre todo de machismo y de terquedad cuando desafía abiertamente a sus compañeros a cruzar la laguna. Por un lado, el general les dice, entre otras cosas, que “éste es el camino para que los hombres sean hombres” (Muñoz 236). Por otro, rechaza abiertamente la ayuda con expresiones arrogantes, tales como “¡Vete a dar consejos a las viejas!” y “Préstaselo a tu abuela [un caballo]. . .” (237). En particular, la marcada ambición material de Fierro se observa en la excesiva carga de oro, “un blindaje de oro”, y, sobre todo, en su constante obsesión por quedarse a toda costa con “cuatro bolsas repletas de oro”, ante la inminencia de morir ahogado en la laguna y “con los ojos desorbitados por el espanto” (238-239). El mismo título del cuento resume los tres elementos claves de la trama: Un elemento mineral, un elemento animal y un elemento humano. Dentro de la jerarquía moral de los otros villistas, el “hombre”, es decir, Rodolfo Fierro, tiene menos valor para ellos, irónica y cruelmente. En el sentido global del cuento, Fierro es un villista “más” negativo y “menos” importante para el grupo y para el sentido justiciero y colectivista del Villismo. Por todo ello, Fierro encarna el Villismo “sombrío”.
         Aunque el cuento de Muñoz expone más las condiciones negativas de un general villista, Fierro fue un gran combatiente en la Revolución Mexicana, fue un hombre de confianza del general Francisco Villa y fue rescatado por el propio Jefe de la División del Norte de sufrir algunos posibles castigos penales y físicos y de la misma muerte, según expone el historiador Paco Ignacio Taibo II. Por este motivo, el nombre de Fierro figura en algunas placas en honor de los revolucionarios y aparece en los libros de historia como un gran héroe revolucionario. Por ejemplo, una foto y una pintura en su honor se encuentran en el Museo de la Revolución de la ciudad de Chihuahua

     Sin embargo, el cuento “Oro, caballo y hombre” capta algunos rasgos esenciales de Fierro, más negativos que positivos, más “sombríos” que “luminosos”, dentro del contexto doloroso y también “sombrío”, posterior a la terrible derrota de la División del Norte en Celaya, Guanajuato, frente al ejército carrancista al mando de Álvaro Obregón. Asimismo, este cuento de Rafael F. Muñoz recrea artísticamente un aspecto central de la historia real del General Fierro: Su muerte tan solitaria y trágica.
       En este breve cuento de la Revolución, Fierro es un audaz y valiente jinete, pero muy individualista, muy ambicioso, muy arrogante y, sobre todo, poco apreciado por sus compañeros de armas. En consecuencia, Fierro representa la cara más oscura del Villismo, el movimiento armado que logra grandes hazañas revolucionarias, especialmente entre 1910 y 1914. En “Oro, caballo y hombre”, se describe claramente el recalcitrante individualismo de un héroe frente al colectivismo dominante de los villistas, con la muerte de Fierro solo, sobre su caballo y aferrado al material oro, dentro de los parámetros del realismo literario de la primera mitad del siglo XX.
     Rafael F. Muñoz también es autor de las novelas sobre la Revolución Mexicana Vámonos con Pancho Villa (1931) y Se llevaron el cañón para Bachimba (1941), y de los cuentos “El feroz cabecilla” (1928), “El hombre malo” (1930) y “Villa ataca Ciudad Juárez” (1930). La primera novela fue llevada a la pantalla grande con el mismo título de la obra literaria, bajo la brillante dirección del mexicano Juan Bustillo Oro en 1933. De este modo, el filme Vámonos con Pancho Villa (México, 1933) es una de las cien mejores películas del cine mexicano y en algunas encuestas entre críticos de cine aparece en los cinco primeros lugares, junto con Los olvidados (México, 1950) del español Luis Buñuel y El compadre Mendoza (México, 1935) del mismo Bustillos Oro. En tanto, “El hombre malo” fue recreado en un cortometraje de 2006 con el mismo título que el cuento, el cual fue dirigido por E.Alanís.
Con “Oro, caballo y hombre”,  Muñoz traza una perspectiva estética y ética de uno de los más importantes revolucionarios mexicanos y de uno de los más sanguinarios y valientes militares villistas, en medio de una triste y pacífica procesión y bajo el crudo invierno chihuahuense, la estación que simboliza la muerte. Al final de cuentas, Fierro fue muchas veces “el brazo ejecutor” de los villistas y, por ello, su heroísmo y su tarea revolucionaria a veces se ven un tanto disminuidos en su positivo valor histórico.







Obras citadas
“Fierro, Rodolfo.” Enciclopedia de México. Vol. 4. Ed. José Rogelio Álvarez.
México: Enciclopedia de México, 1977.
“Muñoz, Rafael F.” Enciclopedia de México. Vol. 9. Ed. José Rogelio Álvarez.
México: Enciclopedia de México, 1977.
―.“Oro, caballo y hombre.” Relatos de la Revolución. Cuentos completos. México:
Grijalbo, 1985. 234-240.
Taibo II, Paco Ignacio. Pancho Villa.Una biografía narrativa. México: Grijalbo,
2006.


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