lunes, 27 de mayo de 2013

LECCION 53 DEL TAO: MANTENTE CENTRADO EN EL TAO EN TIEMPOS DE CRISIS

LECCIÓN 53 DEL TAOMANTENTE CENTRADO EN EL TAO EN TIEMPOS DE CRISIS


ÓSCAR ROBLES


         Lao-tzu conecta el espiritualismo y el mentalismo del Tao con el contexto económico, político y social de una sociedad determinada, en la lección 53 del Tao Te King. ¿Qué deben hacer los seres humanos en tiempos de grandes crisis en una nación? ¿Cómo se aplica la filosofía del Tao con estos contextos caóticos, inarmónicos? Éstas son algunas interrogantes que pueden derivarse de esa importante conexión planteada en dicho capítulo o poema. Este texto contiene dos estrofas en la versión en inglés de Stephen Mitchell.[1] La primera cuenta con cuatro versos; la segunda, ocho.
         El gran Camino hacia el Tao y la correcta postura mental del practicante del Tao en medio de las crisis ocupan las grandes reflexiones del filósofo chino en la primera estrofa. El gran Camino es fácil a pesar de que la gente prefiere los senderos laterales, asegura Lao-tzu (53). Al respecto, Mitchell explica el hondo sentido del primer verso de la estrofa The great Was is easy, usando las brillantes palabras poéticas del Zen Master Seng-ts’an: “The great Way is not difficult / if you don’t cling to good and bad. / Just let go of your preferences: / and everything will be perfectly clear” (Notes 117). Estos versos implican la necesidad de apartarse de las tradicionales obsesiones y fijaciones humanas. Para lograr el gran Camino, hay que fluir sin ataduras, pero con balance. Después, Lao-tzu recomienda que estés consciente cuando las cosas estén fuera de balance y que te mantengas centrado en el Tao, según los dos versos finales de la primera estrofa (53).
         En la segunda estrofa, el autor del Tao describe un típico estado de crisis social, fuera de la armónica filosofía del Tao. Cuando los ricos especuladores prosperan mientras los campesinos pierden su tierra; cuando los oficiales del gobierno gastan el dinero en armas en lugar de curaciones; cuando la clase alta es extravagante e irresponsable mientras los pobres no tienen un lugar a donde volverse —todo esto es robo y caos, resume el pensador oriental en esta larga estrofa (53). Esta situación no está yendo al paso del Tao, finaliza el contemporáneo de Confucio (53).
         Como se advierte, el poema 53 es más concreto y práctico. Ante todo, Lao-tzu plantea la abierta oposición entre la filosofía del Tao y el estado de crisis general de una sociedad determinada. Como se sabe, la filosofía del Tao representa la armonía entre las cosas del mundo, conciliando los opuestos, y la crisis es caos y desorden. En general, los practicantes del Tao tienen que centrarse en esta importante filosofía oriental cuando estallen las crisis económica, política y social.
El punto clave es saber en qué medida los seres humanos pueden mantener un balance espiritual en medio de una recalcitrante crisis materialista. En los países de oriente parece más fácil mantener el espiritualismo y la firmeza de la mente en medio de la pobreza, porque cuentan con este tipo de filosofías de control mental. En los países de occidente, especialmente en América, el crimen, la violencia, la ilegalidad y la corrupción han crecido en épocas de crisis. Estos cuatro problemas tienen su origen en el agudo materialismo del siglo XXI. Entonces, ¿se ha perdido el Cristianismo? ¿Se ha vuelto más ritualística la práctica del cristianismo? Por ejemplo, los feroces crímenes cometidos en América en los últimos años y la creciente corrupción manifiestan claramente una falta de auténtico Cristianismo y, por supuesto, de una ausencia de prácticas taoístas o budistas. Sin duda, se necesitan más prácticas religiosas en nuestro tiempo para poder enfrentar el hipermaterialismo y el consumismo de esta nueva etapa del capitalismo global.
Sería interesante promover más la filosofía del Tao en los países de occidente, donde parece haberse perdido algunos valores humanos elementales como el respeto a la vida y a la libertad humanas y a la propiedad privada, especialmente en los crudos años de la Recesión económica mundial, entre el fin de la primera década y el principio de la segunda década del siglo XXI.
Ante todo, el ser humano debe asumir que es más importante la paz interna, aunque se viva en la pobreza material, que la posesión de cuantiosas sumas de dinero u objetos caros.
El sol, el cielo, las plantas, la luna, un parque, una biblioteca, las iglesias, la amistad no cuestan nada.
Tampoco Dios.


Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.




[1] Stephen Mitchell (1943—) nació en Brooklyn, New York. Estudió en Amherst College (Massachusetts), en la Universidad de París (Francia) y en la Universidad de Yale (Connecticut). Sus principales libros son sobre poesía religiosa, religión y budismo. Entre estas obras se cuentan las siguientes: The Selected Poetry of Rainer Maria Rilke, The Book of Job, The Enlightened Heart, Parables and Portraits, The Enlightened Mind y The Gospel According to Jesus.

LECCION 52 DEL TAO: REGRESA A LA FUENTE DE LUZ

LECCIÓN 52 DEL TAOREGRESA A LA FUENTE DE LUZ


ÓSCAR ROBLES

         El capítulo 52 del Tao se enfoca, básicamente, en el papel central del Tao como fuente original de luz y de paz en el universo. Asimismo, Lao-tzu propone a los seres humanos evitar que las pasiones y las sensaciones controlen a la mente. En total, este poema posee cuatro estrofas en la versión en inglés de Stephen Mitchell. La primera tiene tres versos; la segunda, cinco; la tercera, seis; la cuarta, cinco.
         La relación íntima entre el Tao y las cosas ocupa el centro de la primera estrofa. Lao-tzu dice que en el principio fue el Tao, que todas las cosas provienen de él y que todas las cosas retornan a él (52).
      La segunda estrofa, en tanto, establece símbolos para desarrollar más la relación entre el Tao y las cosas del mundo. Para encontrar el origen, asegura el pensador oriental, encuentra las manifestaciones (52). Para el traductor Stephen Mitchell, el verso trace-back the manifestations significa precisamente saber de dónde vienes (Notes 117). Luego, concluye el maestro chino con estos tres versos que incluyen dos figuras de la familia en sentido figurativo: Cuando tú reconozcas a los hijos y encuentres a la madre, tú estarás libre de dolor (52). Como puede verse, los símbolos de los hijos y la madre se refieren a las cosas del mundo y al mismo Tao, respectivamente. En consecuencia, los practicantes del Tao deben entender esta profunda metafísica del mundo y del universo de origen oriental, para así poder encontrar la armonía y la paz verdaderas, en medio de tantos conflictos y tanto materialismo.
         La suspensión del juicio y de las pasiones en los procesos de la mente es el tema central de la tercera estrofa. En primer lugar, el contemporáneo de Confucio argumenta que si tú cierras tu mente con juicios y traficas con deseos, tu corazón tendrá problemas (52). En segundo lugar, el autor del Tao considera que si tú guardas tu mente de juzgar y no te dejas conducir por los sentidos, tu corazón encontrará la paz (52).
         Finalmente, la cuarta y última estrofa se concentra en el Tao como la auténtica y primigenia fuente de luz y de eternidad. Ver en la oscuridad es claridad y saber cómo ceder es fuerza, señala el maestro chino (52). Lao-tzu recomienda que uses tu propia luz y que regreses a la fuente de luz (52). Este hecho es llamado la práctica de la eternidad, concluye el contemporáneo de Confucio (52).
         En suma, el poema-lección 52 prolonga la idea del Tao como el luminoso origen de todo y de todos y enfatiza algunos consejos sabios para aplicar en ciertas situaciones adversas de la sociedad. De esta manera, los seres humanos pueden encontrar en medio de conflictos las auténticas virtudes universales que fortalecen al ser humano —la claridad y la fuerza mentales. En especial, Lao-tzu describe al Tao como una fuente de luz y de eternidad para los seres humanos. La luz es un fuerte símbolo del autodescubrimiento psicológico de las personas y es la clave para lograr la “iluminación” / enlightment en el interior de los seres humanos.
En la visión oriental, la eternidad también puede ser la propia visión interna de un momento de plenitud. En este momento de plenitud espiritual, los humanos ven al Tao como fuerza que entiende al mundo y que da armonía a la vida humana. Esta percepción de la eternidad es posible cuando se ha logrado a plenitud la “iluminación interna”. En el capítulo 52, Lao-tzu describe la adquisición de la claridad y la fuerza mentales como práctica dentro de la realidad humana y como la proyección de la luz propia hacia la fuente original. Hay que recordar que el Tao es origen de las cosas, pero también es la gran Presencia constante en nuestras propias vidas humanas, según se explica en el capítulo 32 del Tao Te King. Por ejemplo, el Tao es más pequeño que un electrón y los poderosos pueden utilizarlo como fuente de armonía en sus naciones (32). Por otro lado, la eternidad es la vida espiritual después de la muerte física y es el tiempo en que todas las cosas regresan a su fuente original, el Tao. En suma, se construye eternidad en la vida humana con la práctica fiel y disciplinada de la filosofía del Tao y se llega a la eternidad después de la muerte, es decir, ase arriba al Tao como Madre del Universo y como destino final.
Identificarse con el origen —nacional, étnico, cultural, racial, familiar— subraya el fortalecimiento del ser humano, pues se descubren y se utilizan sus “raíces” con sentido positivo. Identificar el origen metafísico constituye la verdadera fuente de poder del ser humano como tal, ya que se descubre el universal mundo espiritual y/o divino. Así pues, fortalecer el origen metafísico mediante el descubrimiento de la propia luz es como asumir que los humanos vienen de Dios y, en este sentido, poseen una poderosa fuente espiritual y divina.


Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.

LECCION 51 DEL TAO: EL AMOR DEL TAO EN LA NATURALEZA DE LAS COSAS

LECCIÓN 51 DEL TAO:
EL AMOR DEL TAO EN LA NATURALEZA DE LAS COSAS



ÓSCAR ROB LES



         Como se vio antes, la naturaleza metafísica del Tao es examinada por Lao-tzu en los capítulos 4, 6 7, 21, 25, 32, 34 y 42 del Tao Te King. En suma, el Tao es una entidad muy compleja, ubicua y eterna y es la matriz quintaesencial del universo, del mundo y de los seres humanos. En el capítulo 51, el Tao aparece otra vez como el origen de todas las cosas y todas las cosas son la expresión de la naturaleza esencial del Tao. En dos estrofas, el maestro chino explora la honda relación entre el Tao y las cosas del mundo y, especialmente, establece las cualidades principales del Tao como centro del universo. La primera estrofa cuenta con ocho versos; la segunda, con nueve.
         En la primera estrofa, el  tema principal es el Tao como el origen de las cosas del mundo. El pensador oriental describe el proceso metafísico de los seres del universo: Todo ser en el universo es una expresión del Tao; cada ser surge hacia la existencia, inconsciente, perfecto, libre; cada ser acepta un cuerpo físico y deja que las circunstancias lo completen (51). Todo esto es el porqué todo ser honra al Tao espontáneamente, sostiene Lao-tzu en los dos versos finales de la estrofa (51).
El traductor Mitchell amplía la idea final de Lao-tzu del verso spontaneously honors the Tao y asevera que honrar al Tao significa respetar la forma en que las cosas son (Notes 116). Luego, incluye la versión en inglés del breve cuento “A Flower Does Not Talk” del escritor japonés Zenkei Shibayama Roshi. En este cuento, Sono pide ayuda a un hombre budista para encontrar la paz de su corazón. Sono era una mujer devota y pura de corazón. El budista le recomienda agradecer por todo lo que le pase en la vida cada día y no mostrar queja alguna, repitiendo estas palabras: “Gracias por todo. No tengo queja alguna por ninguna razón que sea”. Pasa un año, la mujer no encuentra paz en su corazón, acude otra vez ante el budista, le explica al hombre que ha repetido las palabras aconsejadas muchas veces y, finalmente, ella le repite las mismas palabras de agradecimiento a la vida por las cosas que le pasaron. Finalmente, el budista escucha las palabras de Sono, abre su ojo espiritual y regresa a casa con gran alegría. Las palabras finales de agradecimiento a la vida por parte de Sono al final del cuento son ya palabras surgidas con naturalidad desde lo más íntimo del ser de la buena y pura mujer. Estas palabras agradecidas se relacionan, precisamente, con esa espontánea actitud de agradecimiento y honra hacia el Tao.
         En la segunda estrofa, el maestro chino analiza con precisión la naturaleza amorosa y armónica del Tao con respecto a todas las cosas del mundo. Primeramente, el maestro chino piensa que el Tao da a luz a todas las cosas, las alimenta, las mantiene, cuida de ellas, las consuela, las protege y las devuelve hacia sí mismo, creando sin poseer, actuando sin esperar, guiando sin interferir (51). En segundo término, el autor del Tao explica que todo lo anterior es el porqué el amor del Tao está en la misma naturaleza de las cosas (51).
         De esta manera, el poema-lección 51 se centra en una explicación compleja, puramente metafísica, sobre la forma en que el poderoso, misterioso y primigenio Tao opera en el mundo, desde el principio hasta el fin de las cosas. Por un lado, es un centro originador de todo y de todos. Por otro lado, es una fuerza transformadora de las cosas en el mundo. Finalmente, el Tao es también el destino final de las mismas cosas.
Ante todo, el Tao es una entidad amorosa y llena de armonía, en la que confluyen las cosas diversas del mundo. Es como un dios de amor y sabiduría que entiende la dinámica de las cosas, la profunda naturaleza del mundo de los opuestos, el enfrentamiento entre el bien y el mal, entre lo positivo y lo negativo. Así pues, el Tao comprende cómo el mundo opera entre conflictos y armonías.



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.


domingo, 26 de mayo de 2013

LECCION 50 DEL TAO: LA MUERTE ES UN COMPONENTE ESENCIAL DE LA VIDA

LECCIÓN 50 DEL TAOLA MUERTE ES UN COMPONENTE ESENCIAL DE LA VIDA


ÓSCAR ROBLES


Lao-tzu explora la naturaleza metafísica del Tao. Asimismo, reflexiona sobre la vida y sobre la manera de enfrentar la vida con fluidez en la mayoría de los capítulos del Tao Te King. En el capítulo 50, aparece por primera vez la muerte como el centro de sus preocupaciones vitales. La muerte y la actitud de los Maestros o practicantes del Tao frente a la muerte misma, son muy importantes en la única y larga estrofa de doce versos en la versión en ingles de Stephen Mitchell.
El Maestro / la Maestra se rinde ante cualquiera cosa que le traiga el momento, comienza Lao-tzu (50). Él / ella sabe que va a morir y no tiene nada a qué agarrarse: no ilusiones en la mente, no resistencias en su cuerpo, describe el maestro oriental (50). Al respecto, Mitchell agrega el siguiente comentario filosófico y poético del Zen Master Seung Sahn’s para explicar mejor el sentido profundo del verso “He has nothing left”: “Coming in emptyhanded, / going out emptyhanded, / What is your original face? / The moon is shining everywhere” (Notes 116). Luego, el contemporáneo de Confucio afirma que él / ella no piensa en sus acciones, ellas fluyen desde e corazón de su ser (50). Él / ella no retiene nada de su vida, él / ella está listo / lista para morir, como un ser humano está listo para dormir después del trabajo de un buen día, expresa el autor del Tao (50).
 Con respecto a todo el capítulo 50, Mitchell sostiene en una nota que el autor muestra una conciencia más estrecha que en el resto del libro y piensa que también hay otros pasajes con interpolaciones sobre la inmortalidad (Notes 115). En consecuencia, el traductor intenta rescatar la mente esencial de Lao-tzu, así que hace improvisaciones con el tema de este poema 50, basándose en la conciencia y en el lenguaje del cuerpo principal del texto (115). En su nota, Mitchell incluye una versión más literal de la lección 50 del filósofo chino. En esta versión, puede advertirse que Lao-tzu enfatiza el placer de vivir intensamente en un porcentaje de seres humanos y su enfrentamiento con el peligro, ya sea bestias salvajes o armas militares. He aquí la version literal de Mitchell: “Coming in is life; going out is death Tree in ten are companions of life; three in ten are companions of death. And three are moving from life to place of death. Why is this? Because they live life too intensely. I have heard that he who knows how to preserve his life meets neither rhinoceros nor tiger when he travels by land, and is untouched by the sword whe he enters a battle” (115-116).
         El mensaje del capítulo 50 del Tao Te King es más profundo de lo que parece. Por eso, Mitchell agrega una nota explicativa y la versión más literal del texto de Lao-tzu. No es un mensaje negativo, fatalista y trágico. El primer nivel de interpretación es que todos los seres humanos deben estar listos para la muerte en todas las etapas de su vida. Además, las personas deben aceptar las cosas que les envía la vida, de manera natural y espontanea, siempre fluyendo en “el río de la vida”.
Sin embargo, el mensaje del pensador chino en el poema-lección 50 puede ser muy orientador para las personas que están en un medio hostil y peligroso o para personas que padecen una enfermedad mortal. De este modo, el mensaje de Lao-tzu es una forma de relajarse y aceptar la muerte como una más de las formas que componen el universo y el mundo, desde que estos fueron formados por el propio Tao.
Es decir, la muerte es un componente necesario al igual que la vida. Sólo que la vida es una prueba más palpable de la existencia dentro de un cuerpo y con la aguda percepción de ciertas condiciones materiales del entorno que nos rodea, por medo de los cinco sentidos humanos. Si se cree en otra vida después de la muerte, entonces viene una vida puramente espiritual, en la que las almas existen, posiblemente en un espacio de luz o de sombra o en el paraíso y el infierno, según el Cristianismo.
¿Cómo enfrentar, entonces, la muerte en medio de tanto materialismo y de altos índices de criminalidad y de vicio en diversos países del mundo? Se enfrenta con trabajo honesto constante, con una actitud mental positiva, con una creencia profunda en la espiritualidad y construyendo momentos de placer sencillo cada día de la vida.
Entonces, cuando venga la muerte, se tendrá la plena conciencia de haber sido feliz, aun en etapas de graves crisis económicas, políticas, sociales y morales.



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen 
        Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.


sábado, 25 de mayo de 2013

LECCION 49 DEL TAO: LA MENTE DEL MAESTRO ES COMO UN ESPACIO

LECCIÓN 49 DEL TAO:
LA MENTE DEL MAESTRO ES COMO UN ESPACIO

ÓSCAR ROBLES


      El fuerte papel de la mente y algunos valores morales esenciales —bondad, maldad, confianza y desconfianza— son importantes en la vida de los Maestros o seguidores del Tao y, en general, en la vida humana misma. Estos tópicos aparecen con más fuerza en el capítulo 49 del Tao.
Es interesante observar cómo cada poema o lección varía en el número de estrofas y en el número de versos en cada estrofa, determinando una estructura formal diferente en cada caso la mayoría de las veces. Estas variables reflejan la gran versatilidad para exponer ideas en estructuras formales de la poesía. Cuatro estrofas componen la versión en inglés de Mitchell de este poema. La primera tiene dos versos; la segunda, tres versos; la tercera, tres; y la cuarta, cuatro.
         El Maestro o la Maestra[1] no tiene una mente propia, sino que él / ella trabaja con la mente de la gente, sostiene Lao-tzu en la primera estrofa (49). En una nota, el traductor Mitchell  piensa que los Maestros tienen una vigorosa voluntad y un fuerte carácter, pero poseen un gran sentido de apertura y son permeables a las experiencias de las demás personas (Notes 114). Asimismo, Mitchell agrega que “her mind is so subtle that, in comparison with the rigid thought- and desire-structures of other people, it seems to be pure space” (Notes 114). Como puede verse, la mente del practicante del Tao es fluida y es, sobre todo, un espacio para captar las vivencias de / con la gente común.
        En la segunda estrofa, el pensador oriental dice que el Maestro / la Maestra es bueno / buena con las personas que son buenas y también es bueno / buena con la gente que no es buena (49). Esto es auténtica bondad, concluye el filósofo chino (49).
         El Maestro / la Maestra confía en la gente que es digna de confianza y también confía en las personas que no son dignas de confianza, asegura el autor del Tao en la tercera estrofa (49). Al respecto, Mitchell explica que el rol de los practicantes del Tao se asemeja al papel de los padres frente a los hijos que han violado una regla y que la autenticidad es esencial en este tipo de relaciones parentales: “If a parent is genuine, the child will be genuine too” (Notes 114). Esto es confianza verdadera, afirma Lao-tzu finalmente (49).
         En la cuarta estrofa, el filósofo oriental define los rasgos centrales de la mente de los Maestros del Tao frente a las personas comunes. Señala que la mente del Maestro / la Maestra es como un espacio (49). Las personas no lo / la entienden y lo / la miran y esperan, describe el autor del Tao (49). El Maestro / la Maestra los trata como sus propios hijos, finaliza Lao-tzu (49).
         En suma, el capítulo 49 expone un profundo, abierto y sencillo perfil moral de los practicantes del Tao. Este perfil concentra gran sabiduría, maleabilidad moral y un gran poder mental. De este modo, los Maestros del Tao pueden relacionarse con personas de diferente moral. Al final de cuentas, los Maestros asumen verdaderamente el papel de padres y un rol de superioridad moral con respecto a todas las demás personas. En este papel moral y filosófico se resume el auténtico sentido de fluir con la vida y se enfatiza el verdadero poder vivencial de los que estudian el Tao. Así pues, el concepto de entorno social de Lao-tzu se caracteriza por estar basado en la dinámica central de los opuestos y en la configuración metafísica primigenia y quintaesencial del Tao.




Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.





[1] Se usa “El Maestro” y “La Maestra” en la traducción en español para cumplir con la categoría más democrática y plural de sexo-género, a diferencia de la versión en inglés que sólo permite la frase “The Master”. En consecuencia, también se utilizan los pronombres personales y de objeto directo en la tercera persona singular en masculino y femenino. Los Maestros son los practicantes del Tao, como se ha apuntado varias veces en otros capítulos del Tao Te King

LECCION 48 DEL TAO: DEJA QUE LAS COSAS TOMEN SU PROPIO CAMINO

LECCIÓN 48 DEL TAODEJA QUE LAS COSAS TOMEN SU PROPIO CAMINO


ÓSCAR ROBLES


      La inacción es una de las grandes virtudes que deben poseer los seres humanos, según se expone en diversas lecciones del Tao Te King. En el capítulo 48 del Tao, la inacción o el no-hacer ocupa otra vez el centro de la profunda reflexión sobre la vida humana por parte de Lao-tzu. Para el gran pensador chino, la postura de los Maestros o seguidores del Tao debe ser más natural y espontánea, para dejar que las cosas tomen su propio rumbo, sin presiones o agresivas interferencias humanas.
Este poema se compone de dos estrofas. La primera tiene ocho versos; la segunda, tres. Como es la tendencia general del Tao, el maestro oriental concentra la idea filosófica y/o moral más importante en la estrofa final, especialmente cuando las estrofas tienen pocos versos.
    La estrofa primera explora y contrasta los temas del conocimiento y de las actividades en la vida común y en la vida de los practicantes del Tao. Primeramente, Lao-tzu afirma que en la búsqueda del conocimiento, algo es agregado todos los días y, en la práctica del Tao, algo es dejado fuera todos los días (48). En segundo lugar, el autor del Tao sostiene que menos y menos necesitas tú para forzar las cosas, hasta que finalmente llegas a la no-acción (48). El contemporáneo de Confucio concluye la estrofa con esta idea desnuda y sencilla: Cuando nada se hace, nada queda sin hacer (48).
      La segunda y última estrofa reflexiona sobre la decisiva neutralidad de los seguidores del Tao frente a las diferentes situaciones del mundo. La auténtica maestría [en el Tao] puede ser lograda al dejar que las cosas tomen su propio camino[1], expone Lao-tzu (48). Al  respecto, Mitchell piensa que la verdadera maestría no puede ser ganada, sino que esta maestría “is letting things take their course” (Notes 114). De esta manera, esto [la virtud de la inacción] no puede ser obtenido interfiriendo, finaliza el maestro oriental (48).
       Como se advierte, la actitud filosófica del Tao en la lección 48 se opone aparentemente al dominante papel de los seres humanos en la historia, especialmente en la historia moderna. En general, los seres humanos se caracterizan por ser hacedores de múltiples objetos, forjadores de diversos hechos, transformadores de la naturaleza y por ser creadores de tecnología y máquinas que a veces afectan seriamente a la naturaleza, entre otros aspectos que reflejan un abierto papel activo de las personas. Sin embargo, el verdadero papel de la inacción humana, propuesto por Lao-tzu, se refiere a una postura no activa o agresiva frente a los propios asuntos personales que parecen sin solución, a los problemas colectivos que requieren de tiempo y de su propia dinámica, para resolverse finalmente. En ambos casos, la dinámica de los opuestos y el papel central del Tao son las claves para determinar el rumbo de las cosas en cada situación personal y en cada contexto social e histórico. En realidad, el no-hacer es una importante actitud emocional para evitar conflictos serios. Por otro lado, el no-hacer evita la angustia y la aguda tensión emocional de las personas cuando quieres conocer y aprender muchas cosas o cumplir demasiadas actividades en sus programas de trabajo.
        


Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.



[1] El verso “By letting things go their own way” permite algunas traducciones alternativas y creativas. Por ejemplo, puede traducirse como “dejar que las cosas se realicen / funcionen a su propia manera”. El propio Mitchell enfatiza más el carácter incluido en la primera versión en español en la nota al capitulo: “Letting things take their course” / Dejar que las cosas tomen su propio camino o curso (Notes 114).

jueves, 16 de mayo de 2013

LECCION 47 DEL TAO: EL TAO, DENTRO DE TI MISMO

LECCIÓN 47 DEL TAO:  EL TAO, DENTRO DE TI MISMO


ÓSCAR ROBLES


     En el capítulo 47 del Tao, Lao-tzu expone más rasgos del misterioso Tao y la forma de conectarse con esta poderosa entidad metafísica, la gran esencia primigenia del universo, según la filosofía del Tao. Para el filósofo chino, el Tao es una esencia espiritual difícil de desentrañar. A medida que se leen y se comprenden más lecciones del Tao Te King, menos se entienden su identidad y su funcionamiento en el mundo.
El Tao está en cualquier sitio y ha estado en cualquier tiempo, pero no se puede apresar, ya que es como un dios, es un espíritu, es un perfecto Ser armónico, donde confluyen todas las cosas del mundo. La constante reflexión, la intuición y los ejercicios espirituales son las claves para tener acceso a este Ser total o dios fundacional del universo y del mundo.
Tres estrofas tiene el poema 47 en la versión en inglés de Mitchell: La primera se compone de cuatro versos; la segunda, de dos; y la tercera, de tres.
       La naturaleza espiritual del Tao y la fuerte conexión emocional de las personas con el Tao son el centro de la primera estrofa. Sin abrir tu puerta, puedes abrir tu corazón al mundo, afirma el pensador oriental en la primera estrofa (47). Sin mirar por la ventana, sostiene el contemporáneo de Confucio, tú puedes ver la esencia del Tao (47).
    En la segunda estrofa, el Tao aparece como una esencia verdaderamente inexplicable por más que se acumulen muchos conocimientos. Entre más conoces, menos entiendes, asegura Lao-tzu en sólo dos breves versos (47). Al respecto, el traductor Mitchell apunta que el aumento del conocimiento en la gente ocurre, precisamente, “without knowing yourself” (Notes 114). Por eso, es importante el profundo conocimiento de tu propio interior: De tu corazón y de tu mente. En el  interior humano radica el poder para aceptar lo positivo y lo negativo y lo perfecto y lo imperfecto de todas las cosas del mundo. Este mundo interior de las personas, con la “luz” del Tao, permite entender y asimilar el conjunto de opuestos y diversidades del mundo.
       Finalmente, la estrofa final establece el paradójico papel de los Maestros[1] del Tao en la vida humana, basado en la creativa filosofía de la inacción. El Maestro / la Maestra llega sin dejar [ningún lugar], ve la luz sin mirar [nada ni a nadie], logra [cosas] sin hacer una sola cosa, considera el autor del Tao (47).
    En suma, Lao-tzu describe en el poema 47 la gran actitud emocional y la gran apertura hacia el mundo por parte de los seguidores del Tao. Ante todo, el pensador chino define otra vez al Tao como la ubicua y misteriosa Presencia en el mundo. Frente al mundo externo, los Maestros deben primeramente explorar su mundo interior para encontrar la auténtica “iluminación” / “enlightment”, para asimilar toda la necesaria sabiduría, más allá de la importante educación académica y los significativos conocimientos disciplinarios.
En esta “veta” inmensa de sabia y suave “luz”, nacida de la matriz quintaesencial del Tao, se encuentra precisamente la fortaleza espiritual y la robusta inteligencia para vivir con armonía el conflictivo mundo del siglo XXI.



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.




[1] Los Maestros / “The Master” son los seguidores o los practicantes de la filosofía del Tao. La traducción de “El Maestro” y “La Maestra” en la misma tercera estrofa es para respetar las categorías de sexo-género. Esta misma pauta de fortalecimiento de todas las variantes de sexo-género se sigue en la traducción al español de una buena parte de los capítulos o poemas del Tao Te King.

miércoles, 15 de mayo de 2013

LECCION 46 DEL TAO: CUALQUIERA QUE VEA A TRAVES DE TODO MIEDO ESTARA SEGURO

LECCIÓN 46 DEL TAOCUALQUIERA QUE VEA A TRAVÉS DE TODO MIEDO ESTARÁ SEGURO

ÓSCAR ROBLES


         La lección 46 del Tao se centra en asuntos más sociales, históricos  y colectivos a partir de una profunda raíz psicológica. De este modo, los versos de este poema discuten dos asuntos importantes para el progreso o para el retroceso de las naciones de toda época histórica y de todo espacio geográfico: La paz y la guerra. Dentro de estos dos temas, emerge el miedo como un objeto de reflexión para Lao-tzu. Obviamente, el Tao tiene un rol fundamental en estos difíciles estados colectivos de las naciones.
Este capítulo contiene tres estrofas en total: La primera se compone de cuatro versos; la segunda, de tres; y la tercera, de solamente dos, los cuales sirven como la idea moral y filosófica más importante de toda la lección.
        La primera estrofa examina los efectos de la paz y la guerra en los países. El filósofo oriental describe que cuando un país está en armonía con el Tao, las fábricas hacen camiones y tractores (46). En contraste, el contemporáneo de Confucio afirma que cuando un país va en contra del Tao, cabezas armadas se acumulan afuera de las ciudades (46).
         En tanto, la segunda estrofa explora el papel del miedo en una guerra. Primeramente, el pensador oriental asevera que no hay más grande ilusión[1] que el miedo, no más grande mal que prepararse para defenderse a sí mismo y no más grande desgracia que tener un enemigo (46).
    La breve tercera estrofa encierra, finalmente, el carácter constructivo y positivo de la lección. El autor del Tao Te King piensa que quienquiera que pueda ver a través de todo miedo estará siempre seguro (46). Como puede verse, los dos versos anteriores son una paradoja y contienen un factor psicológico importante: El autocontrol a partir del conocimiento directo del problema. En una nota, el traductor Mitchell considera que ver a través del miedo es precisamente la única defensa real contra el miedo mismo y cita una interesante idea de Roosevelt, el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica: “We have nothing to fear but fear itself” (Notes 113-114). Así pues, el miedo mismo es el obstáculo más difícil de enfrentar, especialmente en una guerra.
     Como se advierte, Lao-tzu aborda un asunto negativo y delicado para los pueblos en el capítulo 46: El miedo dentro de una guerra. Su análisis es a partir de los opuestos: La paz y el progreso frente a la guerra y el retroceso. Sin embargo, la máxima y sabia enseñanza del autor del Tao es que los seres humanos deben aprender a manejar situaciones adversas, destructivas y negativas, en su mente y en su espíritu, para luego poder superarlas. Es el caso del miedo.
El miedo y la guerra aparecen precisamente cuando las personas y las naciones abandonan la filosofía del Tao como doctrina para lograr la armonía social, nacional y mundial.
Una cuestión importante derivada de la lección 46 es la siguiente: ¿Cómo se puede asumir la postura del Tao —la inacción y fluir con las cosas del mundo, por ejemplo—, precisamente en medio de una guerra, dentro de un estado de caos y destrucción, un estado sin armonía? Sin duda, es una difícil respuesta.


Obras citadas
“Ilusión.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991.
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial. 89-128.




[1] “Ilusión” no tiene un sentido positivo aquí, no es una fantasía que se persigue con pasión. Más bien, “ilusión” significa en esta segunda estrofa “error de los sentidos o del entendimiento que nos hace tomar las apariencias por realidades” (“Ilusión”). Así pues, el miedo es una ilusión para el filósofo chino.

LECCION 45 DEL TAO: DEJA QUE EL TAO HABLE POR SI MISMO

LECCIÓN 45 DEL TAODEJA QUE EL TAO HABLE POR SÍ MISMO

ÓSCAR ROBLES

         En el capítulo 45 del Tao, aparecen los trascendentes temas de la perfección, la plenitud, la rectitud, la sabiduría y del arte verdadero y el papel central del Tao en la configuración final de las cosas del mundo, positivas y negativas, perfectas e imperfectas. Como se expone en otras lecciones anteriores del Tao —4, 6, 7, 25, 32 y 34—, el Tao es la matriz quintaesencial del universo, del mundo y de los seres humanos, es como un dios y es una fuerza metafísica eterna y ubicua, entre otros conceptos.
En la lección 45, Lao-tzu analiza concisamente las citadas virtudes universales e intemporales en relación a la postura filosófica del Tao. Tres estrofas componen la lección 45: La primera posee cuatro versos; la segunda, tres versos; y la tercera, cuatro.
         La perfección verdadera parece imperfecta a pesar de que es perfectamente ella misma, comienza el filósofo chino la primera estrofa (45). Luego, afirma que la plenitud[1] verdadera parece vacía a pesar de que está presente plenamente[2] (45). Al respecto, el traductor Mitchell considera que algunos ejemplos inusitados de la “perfección verdadera” pueden ser tan simples como los siguientes dos: “A cracked coffee cup” y “the sound of traffic outside of your window” (Notes 113). En tanto, un gran ejemplo de la “plenitud verdadera” es “attention” (113).
      En la segunda estrofa, Lao-tzu sostiene que la rectitud verdadera parece torcida, la sabiduría verdadera parece tonta y el arte verdadero parece sin arte (45).
         En la tercera estrofa, el pensador chino concluye con el papel de los Maestros y del Tao en la percepción de las virtudes expuestas en las dos estrofas anteriores. Primero, indica que el Maestro / la Maestra[3] permite que las cosas pasen (45). Luego, explica el filósofo oriental, él / ella da forma a los acontecimientos como ellos suceden, se sale del trayecto de los mismos y deja que el Tao hable por sí mismo (45).
         En conclusión, la lección 45 del Tao ofrece un brillante  y preciso examen de la naturaleza verdadera de algunas virtudes y creaciones humanas —perfección, plenitud, rectitud, sabiduría y arte—y reafirma el papel creativo, gentil y espontáneo de los Maestros frente a tales elementos, bajo el profundo respeto al Tao como fuerza esencial del mundo. En suma, estas profundas ideas enseñan a los seres humanos que las grandes obras humanas en realidad tienen un enfoque simple y natural y, por ello, mismo son grandes.
       Así pues, las creaciones humanas pueden ser el arte, la artesanía, la ciencia y la tecnología y, en general, los trabajos y los sucesos más cotidianos en los cuales se pueden percibir tales virtudes o características tan universales. 


Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.



[1] “Plenitud” significa el estado de “estar completo o lleno”. Por eso, “vacía” es la cualidad opuesta a ese estado.

[2] “Plenamente” también puede significar “completamente”.

[3] “The Master” se traduce al español como “El Maestro” y “La Maestra” para reforzar la democrática noción de sexo-género.

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