martes, 24 de mayo de 2016

LOS PINTORES ALUMNOS DE LA ACADEMIA LUMIERE DE CHIHUAHUA; OFICIO, BELLEZA, INTENSO COLORIDO Y FIGURATIVISMO

LOS PINTORES ALUMNOS DE LA ACADEMIA LUMIÈRE DE CHIHUAHUA: OFICIO, BELLEZA, INTENSO COLORIDO Y FIGURATIVISMO
       


ÓSCAR ROBLES



    Realismo y figurativismo, observación objetiva o transformación subjetiva de la realidad, recreación estética con perfecto y riguroso dibujo y un delicioso cromatismo que invita a embriagarse en un inusitado y mágico paisaje de árboles amarillos y azules, beber una copa de sensual vino rojo o morado, soñar con un árbol amarillo y solitario como un tesoro de oro puro, deslumbrarse con una puntillista y brillante Torre Eiffel, atrapar en la retina a una casi fotográfica mariposa amarilla y negra como joya delicada o jugar con una graciosa y tierna iguana: Son obras de los artistas alumnos de la Academia Lumière de la ciudad de Chihuahua.
Arte de academia: Perfectos colores, líneas y volúmenes con imágenes más convencionales: Una botella, un vaso, un automóvil, flores, árboles, los temas decisivos para el aprendizaje de la academia de pintura. . . Jóvenes promesas de la pintura al óleo y de la acuarela que ya creaban algunas “joyas” de arte, con una perspectiva original, fantásticos colores o volúmenes atractivos.
Estos pintores noveles expusieron alrededor de cincuenta cuadros de gran destreza artística con figuras humanas, animales, vegetales y objetuales, mediante un predominante estilo realista e intenso colorido. El lugar: El Centro Cultural Universitario “Quinta Gameros”. El tiempo: Junio de 2015.
     Esta muestra de pinturas revela el estado del arte en las academias de pintura chihuahuense. En especial, destacan cinco artistas: 1) La pequeña de ocho años de edad Daniela Longoria con dos obras: el mágico “Paisaje con árboles” y el realista “Copa de vino con uvas”; 2) Carlos Jurado, con el cuasi-puntillista “Torre Eiffel” y su estallido de luces en la noche parisina y roja; 3) Cristina Vázquez con el sencillo pero hondo cuadro “Árbol”, una pintura cuajada de portentosos y deliciosos amarillos; 4) la niña Regina Chávez con dos pinturas: La casi fotográfica “Mariposa” de prodigiosos tintes amarillos y negros y “Copa de vino con botella”, vista en extremo acercamiento vaciando el preciado líquido hecho con la fermentación de la uva; 5) Diego Castañeda con la dulce, graciosa, risueña y azulina iguana “Gekko” teñida de manchas naranjas, bella como juguete.


PAISAJE CON ARBOLES DE DANIELA LONGORIA




COPA DE VINO CON UVAS DE DANIELA LONGORIA




TORRE EIFFEL DE CARLOS JURADO

     Otras hermosas imágenes de la muestra de estudiantes de pintura incluyeron elementos de la naturaleza y de la vida tecnológica contemporánea. Por ejemplo, dominaban la fauna y la flora con factura tradicional, pero con gran contundencia académica, pulimento de los colores y firme trazo de los dibujos. Había rojas manzanas mordidas sobre un intenso fondo amarillo, guacamayas, paisajes naturales con árboles y jardines de flores. Se veían por allí algunos flamantes autos deportivos, reproducidos con estilo realista casi fotográfico.


ARBOL DE CRISTINA VAZQUEZ

          En general, los pintores de la Academia Lumière presentaron cuadros al óleo y acuarelas, como arduas prácticas de las clases de arte de la citada academia de pintura situada en la ciudad de Chihuahua. Estos artistas académicos eran niños y adultos, mujeres y hombres, todos los cuales ya manifestaban un gran dominio sobre el dibujo y una perfección y una gran intuición en el uso y la armonía de los colores. En especial, enseñaban como grupo de alumnos una destacada destreza para cuajar imágenes visuales, memorables, atractivas, clásicas, pulidas, re-trabajadas, perfeccionadas, dentro de los salones de la Academia Lumière. En suma, eran artistas en ciernes y ya mostraban la simbiosis y el balance adecuado entre el dibujo y el color, con imágenes todavía convencionales en general y en planos también convencionales. Pero todos ellos ya sabían configurar belleza y arte visual sobre los lienzos.


MARIPOSA DE REGINA CHAVEZ

          Con el paso del tiempo y el constante y disciplinado trabajo de taller o estudio emergerán sus personalísimos sellos de creadores y, sobre todo, la originalidad artística de los pintores consumados. Al menos, cinco de estos pintores estudiantes parecían haber encontrado su propia alma y su propia identidad personal en el arte de pintar y sus imaginativos sueños en la configuración de los colores y la integración de los volúmenes de cuerpos y objetos. Ellos eran Daniela Longoria, Carlos Jurado, Cristina Vázquez, Regina Chávez y Diego Castañeda.


COPA DE VINO CON BOTELLA DE REGINA CHAVEZ




GEKKO DE DIEGO CASTANEDA

      En conjunto, las pinturas expuestas capturaron bellas imágenes con fino dibujo e intensos colores y demostraron la cristalización de los temas dominantes de la pintura académica: El paisaje natural (bosques o jardines), los alimentos y bebidas, los animales, los edificios y los vehículos automotores. En suma, manifestaron en esta muestra una gran habilidad pictórica al trasponer los objetos de la realidad objetiva a los lienzos, con sumo cuidado, detalle y oficio. Cuando cristalicen formas, colores y líneas con más originalidad y/o con más mensaje intelectual, se habrán convertido en artistas más sólidos. Cuando reafirmen el oficio y el trabajo continuo, todos ellos serán reconocidos como pintores y dejarán de ser estudiantes de arte de gran calidad estética y de gran destreza en el oficio de pintar.
      El vivo trabajo de estas casi cinco decenas de cuadros y su refinada configuración estética denota calidad, promesa, raíz profunda, retoño verde y florido, dentro del mundo de las artes plásticas de esta ciudad de Chihuahua. Sus pinturas serán tal vez árboles frondosos o torrentes de ríos o cascadas impetuosas, con el tiempo, la reflexión intelectual, el disciplinado trabajo y la honda inspiración artística. Ante todo, resalta en estas obras el esplendor de los colores intensos, muy ricos y muy vivos: Belleza pura.


ESTE JARDIN DE FLORES ES OTRA MUESTRA DEL DOMINIO DEL COLOR DE LOS ALUMNOS DE LA ACADEMIA LUMIERE



Abrir espacios para el arte de niños, jóvenes y adultos y apoyar a estos alumnos de pintura de la ciudad de Chihuahua, es una gran labor cultural del Centro Cultural Universitario “Quinta Gameros”. En la presente segunda década del siglo XXI, Chihuahua se ha convertido en un auténtico semillero de artistas plásticos. 

[TODAS LAS FOTOS FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]

sábado, 14 de mayo de 2016

FIGURACIONES: ESCULTURAS MONUMENTALES DE "SEBASTIAN"

FIGURACIONES: ESCULTURAS MONUMENTALES DE SEBASTIÁN[1]


ÓSCAR ROBLES



Color, geometría y luz
Paisaje y poesía
Poliedros  y polígonos
Líneas y volúmenes
Arquitectura y figura
Armonía plena
Lógica del mundo
Modernos monumentos
Urbanos monumentos
Imaginario Sebastián.


El Árbol de la Vida
Esplendor turquesa
Exquisito y lujoso verde
Contundencia vegetal
Un corazón frutal
Latiendo en el centro
Del follaje elevado
Verde campana de vida
Vivo esqueleto de árbol
Árbol petrificado
Pero no antiguo
Árbol nuevo y vivo
Refulgente de belleza verde
Al norte
Árbol del Norte.


EL ARBOL DE LA VIDA DE SEBASTIAN, SITUADO AL NORTE DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

EL ARBOL DE LA VIDA DE SEBASTIAN, ESPLENDOR DE BELLEZA VERDE



La Puerta de Chihuahua
Simulación de indígenas pirámides
Coloniales arcos de España
Culturas del mestizaje mexicano
Quintaesenciales
Quintaesenciadas
Alta puerta de Chihuahua
Geometría que enamora
Ojos y alma
Con sus plenas pulpas de metal
Cubos que se petrifican
Llenos de tiempo puro
Catarata de perfecta belleza
Enorme Granada roja
Que se desgrana
De la alta columna
Como agua de piedras
Como hielo rojo
Monolito de metal bonito
Entre tierra de arbustos
Y harta soledad
Y Azulino cielo
Que cobija todo
Como los brazos de Dios
Como el pecho de Dios
Juguete o juego
Para Ángeles
A lo lejos y de lejos
Llano que pare
Su joya inusitada
Llenándolo de paisaje
Suave viento que trae voces
Primitivos ecos
Saturados de tiempo
Caricias breves de brisa
Voces de mezquites
Puerta y pirámide de sangre
Al sur
Puerta del Sur.




LA PUERTA DE CHIHUAHUA DE SEBASTIAN,  GEOMETRIA ROJA BAJO EL CIELO DE CHIHUAHUA

LA PUERTA DE CHIHUAHUA DE SEBASTIAN, CASCADA DE CUBOS, ARCOS MONUMENTALES


La Puerta del Sol
Blanco dolmen
Albas columnas
Luz plena bajo el azul pleno
Gigante que no duerme
Gigante que vigila
Puerta besada por el sol
Puerta de doble arco
Dinteles hispánicos
Puerta de los Obeliscos
Puerta cuerpo de muchacha
Con su sexo abierto al mundo
Puerta penetrada por el solar semen
Mágica aparición de cada día
Puerta que el sol abre
Cada mañana
Para entrar a su amada ciudad
Con su lienzo de sutiles rayos
Que son versos de madrugada
Para un corazón de poeta
Que la mira y la imagina
Al norte
Puerta del Norte.




LA PUERTA DEL SOL DE SEBASTIAN,  DOLMEN Y ARCOS NOVOHISPANOS

LA PUERTA DEL SOL DE SEBASTIAN,  MAGICA APARICION BLANCA EN EL PAISAJE DEL LLANO

LA PUERTA DEL SOL DE SEBASTIAN, LA BELLEZA BLANCA



Libra
Justicia pura
En pura geometría
Balanza del mundo
Balanza que pesa
Vicios y virtudes
en quilates puros
de puro arte
Brazos del Derecho
Brazos de Rectitud
Brazos como de cangrejo
Símbolo de saber y ley
Libra por libra
El duro metal rojo
Se enciende
En la puerta
Universitaria
Puerta de facultad
Puerta de lealtad
Libra por libra
Geometría y arte
Piedras del tiempo
La ley y la justicia.


LIBRA DE SEBASTIAN, ESCULTURA EN LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CHIHUAHUA



LIBRA DE SEBASTIAN, ESPLENDOR ROJO BAJO EL SOL DE CHIHUAHUA


LIBRA DE SEBASTIAN, ESCULTURA QUE SIMBOLIZA LA JUSTICIA





La Guirnalda
Enorme Flor redonda
Ofrenda circular
De flores intuidas
Para heroicos trabajadores
Mexicanos obreros nacionales
Campesinos con alma de tierra
Que honra el artista de Camargo
Obreros luchadores
Mártires trabajadores
De Pinos Altos y Babícora
Cananea y Río Blanco
Ofrenda política
Ofrenda laboral
Ofrenda de fuego rojo
Ofrenda de rojo clavel
Circular flor roja
En El Palomar
Parque.


LA GUIRNALDA DE SEBASTIAN, TRIBUTO A LOS MARTIRES DEL TRABAJO EN CHIHUAHUA Y MEXICO


Cinco monumentos
De Sebastián escultor
Simbólicas puertas
La puerta de Chihuahua
La puerta del Sol
Urbanas puertas
Que van floreciendo
Desde Chihuahua
A Torreón
A Monterrey
A Ciudad Victoria
Infinitas Puertas del Arte.


Monumental arte
En Chihuahua
Puertas y árbol
Ofrenda y balanza de libra
De Sebastián escultor
Colosales esculturas
Que son arquitectura
Que son paisaje y poesia
Alma geométrica
Del imaginario Sebastián.


[Todas las fotos de este escrito fueron tomadas por OSCAR ROBLES]



[1] Sebastián es el nombre artístico del pintor y escultor Enrique Carbajal González (1947—), quien nació en Camargo, Chihuahua. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Entre sus célebres y numerosas esculturas monumentales, se encuentran El Ángel Custodio (Puebla, Puebla, México), El Caballito (Ciudad de México), El Coyote Hambriento (Ciudad de México), Quijote (Alcalá de Henares, España), Pez Vela (Manzanillo, Colima, México), Escultura del sol (Ciudad de México). Obtuvo el Premio Nacional de Artes y Ciencias en la categoría de Bellas Artes (2015), entre diversas distinciones nacionales e internacionales.

miércoles, 11 de mayo de 2016

LA "MUJERONA" EN "AL FILO DEL AGUA", "OTILIA RAUDA" Y "OFICIO DE TINIEBLAS"

LA MUJERONA EN AL FILO DEL AGUA, OTILIA RAUDA Y OFICIO DE TINIEBLAS



ÓSCAR ROBLES



Los personajes femeninos de la narrativa mexicana contemporánea pueden analizarse bajo el orden de la sociedad patriarcal, machista y masculinista. Estos personajes pueden agruparse en dos líneas generales: Los que se someten a la opresión de este mundo dominado por los hombres y los que se rebelan contra él. En el primero podemos integrar a la solterona[1] y a la esposa sumisa, ambos de amplia tradición en la narrativa mexicana; en el segundo, se puede encuadrar a la que puede llamarse la mujerona, la cual encarna la transgresión a la moral social y/o el poderío sexual para alterar dicha sociedad dominada por los hombres. En especial, el tipo de la mujerona aparece en tres novelas mexicanas: En Al filo del agua (1947) de Agustín Yáñez es Micaela Rodríguez; en Otilia Rauda (1986) de Sergio Galindo, Otilia Rauda; y en Oficio de tinieblas (1962) de Rosario Castellanos, Julia Acevedo.
La mujerona se rebela contra el orden social imperante para reafirmar su individualidad y para lograr sus aspiraciones personales, ya sean económicas, políticas y/o sociales. Destaca por su vitalismo, su inteligencia, su búsqueda de la libertad, su intensa vida amorosa y/o su carácter transgresor. Su presencia en el contexto de un pueblo provinciano altera “las buenas conciencias” y, a veces, despierta la maledicencia. Así, bajo la visión de los otros, puede encarnar el pecado (el clero) y hasta ser definida como una hembra de placer. En suma, es un ser excepcional y puede asociarse a estas ideas de Aralia López: “Por la asunción de esa marginalidad determinada por su sexo y su clase social, mostrará otro modo de ser mujer alterando los esquemas femeninos tradicionales” (22). Fundamentalmente, la transgresión es el carácter más perturbador y liberador de esta clase de personajes femeninos. Esta transgresión puede originar un destino fatal (visión romántica) o la permanencia o logro de un estatus social (visión realista). En ambos casos el patriarcado, el machismo y el masculinismo coartan la libertad de la mujer y la marginan. Según Helena Araujo, este orden impuesto por el hombre determina el modo de ser de la mujer bajo una óptica sexual: “Esta visión literal y cruda de la falocracia puede muy bien referirse a todo el continente. En el norte como en el sur de Latinoamérica, cualquier proyección de las realidades sicológicas (de la mujer) con respecto a lo erótico implica una transgresión o un rebajamiento” (34). De estos papeles sociales de las mujeres latinoamericanas, se pueden derivar los personajes femeninos que aparecen en diversas obras narrativas mexicanas, bajo los dictados morales de la sociedad patriarcal, machista y masculinista.


1. AL FILO DEL AGUA DE AGUSTÍN YÁÑEZ


En Al filo del agua, Micaela Rodríguez asume una rebeldía sexual que choca contra el orden social en el que predominan las mujeres sumisas, esas “tristes mujeres enlutadas, tristes mujeres presas” (Yáñez 363). Tras una experiencia en la ciudad, ella regresa a su pueblo natal ubicado en el Bajío, donde priva la mojigatería y el clero conservador ejerce un poder represivo sobre la gente. Ella no acepta el orden patriarcal y no quiere permanecer encerrada sin gozar de su juventud y sin ver mundo. Con sus vestidos untados y sus modas citadinas, despierta el apetito de los hombres, la reprobación y envidia de las mujeres y la censura del clero. Uno de los personajes, Prudencia, la define así: “Mejor ni hubieran venido, con esa loca de Micaela, que está como mujer de la calle” (138). Por otro lado, ella representa el papel de una mujer altamente sexualizada, ya que despierta las pasiones en don Timoteo y Damián Limón, quienes son padre e hijo respectivamente.[2] En consecuencia, por su naturaleza de mujer fatal y transgresora, ella muere a manos de Damián. Sin embargo, su ejemplo trasciende en otro personaje, María, quien asume la misma dimensión: Es la mujer brava, vengativa y viril, “la mujer que nadie podrá dominar” (367). En suma, Micaela Rodríguez representa el papel de una mujerona, pero sus transgresiones la conducen a la muerte.


2. OTILIA RAUDA DE SERGIO GALINDO


En la novela de Sergio Galindo, Otilia Rauda también posee esta misma dimensión romántica y similar rebeldía frente al orden impuesto por los hombres. Por ello, es una mujerona.[3] Ella es hija de hacendados, esposa del alcalde de su pueblo y amante del bandido Santos Lazcano. Sin embargo, su poderío sexual y su carga transgresora son muy inquietantes y también despiertan la maledicencia, pues la gente de Las Vigas (Veracruz) la condena por ser adúltera. Es una hembra de placer y una devoradora de hombres; es también una mujer viril (su rostro es similar al de su padre, la marca del patriarcado), posee el poder económico (fincas y dinero), el poder político (contribuye a que su marido Isidro sea presidente municipal) y el poder sexual (es una adúltera que busca su libertad sexual plena).
El más alto nivel de la gran transgresión moral y el más alto desafío a la sociedad por parte de Otilia Rauda se concentran en el capítulo once de la novela. Ella exhibe su hermoso cuerpo desnudo y se burla de la moral y los valores tradicionales de la burguesía mexicana: “Y era todo un espectáculo ver a Otilia, el rostro cubierto con el tenate y el cuerpo desnudo, bellísimo, desafiante” (Galindo 162). Sin embargo, como Micaela, su naturaleza romántica y su ánimo de venganza la conducen a provocar la muerte del hombre que amaba. Su fragilidad fue enamorarse, encontrar el amor total. Finalmente, ella muere a manos de otro amante.


3. OFICIO DE TINIEBLAS DE ROSARIO CASTELLANOS


Como Micaela y Otilia, Julia Acevedo transgrede la moral de Ciudad Real, pero sus acciones transgresivas responden a propósitos sociales y económicos: Ser reconocida por la burguesía y conseguir la riqueza. Por ello, es un personaje más realista que romántico. Para conseguir el estatus social de ser coleta, se convierte en adúltera y amante de Leonardo Cifuentes, el cacique de la región. Ella proviene de la ciudad y por ello sus costumbres afectan la gazmoñería de la sociedad chiapaneca. Según la visión de los personajes, es como un animal de placer. Su apodo de “La Alazana” muestra precisamente esa connotación. De esta manera, Isabel Zebadúa, la esposa de Leonardo Cifuentes, piensa que “es como una yegua” y una “fascinadora de hombres” (Castellanos 72-73). Cuando Julia se encuentra por primera vez con Idolina, la hija de Isabel, y se retira de dicho lugar, ella deja en el aire “un perfume de hembra, denso, verdadero” (96). 
Además, la personalidad de Julia se define “al través del contacto amoroso con el hombre” y el placer se convierte en “el único lenguaje que compartía” con su amante Leonardo (127, 199). Por otro lado, esta mujerona es una transgresora moral en la ciudad donde vive. Manuel Mandujano, el cura joven de la región, sabe de ese poder seductor de “La Alazana” y, por ello, la condena porque ‘impone las costumbres relajadas de otros pueblos” (101). En especial, su forma de vestir y su cabellera roja provocan reacciones adversas en las gentes de Ciudad Real. De cualquier forma, toda su transgresión moral y social se origina en su real carácter: “Su cinismo no era sino desparpajo y su avidez por la riqueza y el prestigio una frivolidad natural de su sexo” (180). Finalmente, Julia consigue su objetivo: Ser reconocida por la sociedad chiapaneca. Por medio de su poder sexual, adquiere una nuevo y mejor estatus socioeconómico, a diferencia de Otilia Rauda, quien pertenece a una familia de ricos hacendados.

A final de cuentas, la sociedad patriarcal, machista y masculinista determinan la marginación, la imagen social y moral y el destino de las mujeronas.  No obstante, esta clase de perturbadores personajes femeninos en la narrativa mexicana persigue reafirmar su individualidad y ejercer su libertad sexual y social. A pesar de todo, su rebeldía no logra subvertir el orden impuesto por los hombres, puesto que el resto de las mujeres permanece bajo el dominio patriarcal en estas tres novelas. Ante la sociedad, su personalidad poderosa queda finalmente marcada por la sexualidad o el arribismo social, el adulterio o la desmedida ambición, la transgresión y/o el rebajamiento, de acuerdo a una moralidad definida históricamente por los hombres.
En las tres novelas mexicanas analizadas, emerge un punto de vista masculino y una perspectiva femenino que realza el verdadero alcance y poder de estas transgresiones femeninas, la fuerza auténtica de estas mujeronas. Micaela Rodríguez, Otilia Rauda y Julia Acevedo son grandes personajes literarios, representan el poder de las mujeres en una sociedad masculinista y, en especial, pueden ser definidas como mujeronas. Las dos primeras, sin embargo, son personajes trágicos y fatales y mueren dentro de la trama de las novelas de Agustín Yáñez y Sergio Galindo: Son narrativas de hombres y, por ello, parece emerger el inconsciente masculino mediante la sanción moral de la  trágica muerte de ambas transgresoras, justo en la resolución de los destinos individuales de dichos personajes femeninos. En tanto, La Alazana de Rosario Castellanos impone su estatus social y vive con poder económico y social: Es una narrativa de mujer y en la pervivencia del poder de la mujer se manifiesta la conciencia femenina de la autora mexicana y esto hace que las transgresiones morales y sociales sean más trascendentes y significativas.



Obras citadas
Araujo, Helena. La Scherezada criolla. Ensayos sobre escritura femenina
latinoamericana. Bogotá: Centro   Editorial Universidad Nacional de Colombia,
1989.
Castellanos, Rosario. Oficio de tinieblas. México: Joaquín Mortiz, 1992.
Galindo, Sergio. La comparsa. 2ª ed. México: Joaquín Mortiz, 1973.
—. ¡Oh hermoso mundo! 2ª ed. México: Fondo de Cultura Económica, 2012.
—. Otilia Rauda. México: Grijalbo, 1986.
—. Polvos de arroz. México: Universidad Veracruzana, 1980.
—. Terciopelo violeta. México: Grijalbo, 1985.
López González, Aralia. “Dos tendencias en la evolución de
la narrativa contemporánea de escritoras mexicanas.” Mujer y literatura mexicana y chicana. Culturas en contacto.  Ed. Aralia López González, Amelia
Malagamba y Elena Urrutia.  Vol. 2  México: El Colegio de México-El Colegio
de la Frontera Norte, 1990.  21-24.
Robles, Óscar. “La mujerona y la solterona en cuatro cuentos de Sergio Galindo.”
Revista de Literatura Mexicana Contemporánea 71 (2016). Forthcoming.
—.“La transgresión y el deseo: La mujerona en Otilia Rauda de Sergio Galindo.” La
Palabra y el Hombre: Revista de la Universidad Veracruzana enero-marzo 1993: 75-82.
Yáñez, Agustín. Al filo del agua. 16a. ed.  México: Porrúa, 1980.





[1] La solterona aparece, por ejemplo, en varias obras narrativas del mexicano Sergio Galindo. Solteronas son Camerina Rabasa en Polvos de arroz (1959) y Clementina Pereda en el cuento “Las resurrecciones” de la colección Terciopelo violeta (1985) y en la novela La comparsa (1960).
[2] Este rol femenino en un complicado triángulo de amor es un papel similar al que desempeña la protagonista del filme Susana (carne y demonio) (México, 1950) del hispano-mexicano Luis Buñuel. En la trama, la joven Susana (Rosita Quintana) llega a vivir a la hacienda de Don Guadalupe (Fernando Soler), despierta las pasiones amorosas del propietario de la finca y del hijo de éste Alberto (Luis López Somoza). Además, el caporal Jesús (Víctor Manuel Mendoza) siente una profunda atracción amorosa por ella.
[3] Destacan otras mujeronas en la narrativa de Sergio Galindo: La actriz Anabella en el cuento “Retrato de Anabella” de ¡Oh hermoso mundo! (1975) y la viajera Norma Duncan en “Terciopelo violeta” de Terciopelo violeta (1985). En particular, analizo a los personajes de la mujerona en mis artículos “La mujerona y la solterona en cuatro cuentos de Sergio Galindo” (Revista de Literatura Mexicana Contemporanea 71 (2016). Forthcoming) y “La transgresión y el deseo: La mujerona en Otilia Rauda de Sergio Galindo” (La Palabra y el Hombre: Revista de la Universidad Veracruzana enero-marzo 1993: 75-82).


LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS

  LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS   POR ÓSCAR ROBLES            Ya no resplandecían los coloridos barriles de vid...