domingo, 22 de febrero de 2015

"CIMIENTOS SOCIALES" DE OSCAR SOTO: DESTACADA PINTURA SOBRE LA CIVILIZACION ESPANOLA COLONIAL EN CHIHUAHUA

CIMIENTOS SOCIALES DE ÓSCAR SOTO: DESTACADA PINTURA SOBRE LA CIVILIZACIÓN ESPAÑOLA COLONIAL EN CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES

    Las imágenes plásticas representan una escena laboral de construcción de una iglesia católica, durante la Colonia Española, donde resaltan la belleza telúrica del llano chihuahuense y la obra de la civilización. Son imágenes de la estupenda pintura al óleo Cimientos sociales del artista chihuahuense Óscar Soto, plasmadas en un muro del Paraninfo de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) de la ciudad de Chihuahua.
       En esta pintura, seis indios tarahumaras construyen una iglesia de piedra en el centro de la interesante pintura; dos misioneros de origen español organizan la edificación de una iglesia en el primer plano: Uno, sentado, traza dibujos en un pergamino, mirando de frente hacia la posición del espectador, justo a la izquierda; otro, de pie y de espaldas, hace indicaciones a los albañiles indígenas, desde la lejanía. A la derecha del mural, un soldado vigila la obra arquitectónica, montado en su caballo, sobre un risco.
      Domina el imponente paisaje agreste de Chihuahua en esta obra de arte. Intensos colores amarillos y marrones dan vida a los volúmenes hermosos y terrosos del llano y de una montaña pequeña al fondo. Junto a esta colina, sobresale por su belleza única, azulina y lejana, una montaña más alta, teñida de ese color, tal vez por los efectos de la perspectiva visual y del sol, bajo un prodigioso cielo donde flotan unas cuantas nubes blanquecinas.
       Así pues, la tierra amarillosa y amplia resalta y reluce su belleza con el azul del cielo, para dar marco a la obra arquitectónica de la civilización española colonial. Los indígenas rarámuris han terminado una buena parte de la construcción y ponen piedras a un cerco que rodea a la iglesia. Los clérigos visten hábitos de color gris oscuro y el soldado aguarda con garbo y seriedad, montado en el animal, vestido con sus recias y metálicas cubiertas guerreras: La armadura y el casco de militar colonial.
Esta pintura de Soto es un homenaje al paisaje chihuahuense y a su espacio enorme de tierra y cielo que transmiten libertad al espíritu humano. Esta misma perspectiva de exaltación del llano aparece, por ejemplo, en diversas obras creadas en la ciudad de Chihuahua: En la pintura sobre la práctica de la ganadería en los terrenos de Esteban Ramírez Calderón, hecha por el artista José T. Aceves en el edificio que hoy ocupa el Scotia Bank de la Plaza de Armas; en el mural sobre el conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca peregrinando por la tierra chihuahuense, escenas inventadas por la prodigiosa imaginación del hidalguense Aarón Piña Mora en el primer piso del Palacio de Gobierno del Estado de Chihuahua; en el mural sobre la ganadería y la minería en Chihuahua del anterior pintor, trazado en el segundo piso del citado edificio gubernamental; y en el más reciente mural La fundación de Chihuahua del chihuahuense Alonso Enríquez, creado en el edificio de la Alcaldía en 2014.
En Cimientos sociales, la unión de razas y etnias finca una obra de arte y una obra de fe en Dios durante la Colonia Española en Chihuahua. En este sentido, es una exaltación de la civilización colonial que dio origen posteriormente al México moderno e independiente. El amarillo y el marrón de la tierra son esplendentes y la azulina montaña embriaga la mirada del espectador por sus mágicos y originales colores. En especial, las figuras humanas sobresalen por su buen dibujo y colorido, sus precisas vestiduras originales propia de esa época colonial. Son un perfecto homenaje al clero y a la milicia de origen español y a la laboriosa y talentosa población aborigen del Estado de Chihuahua. En suma, la obra del hombre y la naturaleza de Chihuahua se conjuntan en esta admirable obra de Soto. Este mural en acrílico se encuentra en la pared norte.


LA COLONIA ESPANOLA EN CHIHUAHUA: EL CLERO, LA MILICIA Y LOS INDIGENAS

      Cuatro paredes más del Paraninfo de la UACH exponen figuras humanas y edificios emblemáticos de la Universidad, la cual fue fundada en la década de los cincuenta, durante el gobierno de Óscar Soto Máynez (1950-1956). Son obras también creadas por Óscar Soto. Estas imágenes plásticas se encuentran en otros muros y se aglutinan mediante la yuxtaposición de planos espaciotemporales, con personalidades y edificios muy conocidos en el ámbito universitario y en la cultura chihuahuense contemporánea.
      En un muro, por ejemplo, aparecen la belleza exquisita del europeizante Art Noveau en la preciosa Quinta Gameros (hoy Centro Cultural Universitario “Quinta Gameros”); el director musical Moisés Ordaz, dirigiendo a los músicos de la sección de cuerdas; y tres parejas danzarinas sobre un escenario teatral, bailando sones jaliscienses y un baile norteño, investidos en preciosos trajes regionales mexicanos.


LA QUINTA GAMEROS, MUSICA CLASICA Y DANZA FOLCLORICA

      El antiguo Instituto Científico y Literario del Estado de Chihuahua ocupa un muro y se ve como una foto en sepia con colores café y amarillo. El edificio escolar  resalta al fondo y un llano de tierra con jóvenes estudiantes caminando con libros en sus manos. Esta escena se encuentra a la entrada al Paraninfo, justo a la derecha.


EL ANTIGUO INSTITUTO CIENTIFICO Y LITERARIO DE CHIHUAHUA

     En una tercera pared, situada a la entrada del Polifórum Cultural Universitario, se ven las imágenes del destacado pintor Aarón Piña Mora y de una hermosa y elegante mujer de alto peinado; se observa al viejo y extinto Teatro de los Héroes, que estuvo en el Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua, en dos variantes: Construcción completa y la obra en proceso de erección, con sus cimientos y muros en proceso de edificación; y se puede admirar la fachada moderna del Paraninfo de la UACH. Las tres son imágenes de una buena factura artística, de estilo figurativo y de gran colorido. Ante todo, es una obra de arte que brinda un gran testimonio artístico del pasado universitario y cultural de la ciudad de Chihuahua.


EL PINTOR PINA MORA Y ALGUNOS EDIFICIOS IMPORTANTES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA, ANTIGUOS Y MODERNOS

     Un muro más muestra a dos estudiantes de la UACH, un hombre y una mujer, analizando algunas obras escritas en una mesa. Justo arriba de los dos alumnos, se observa el original escudo de la UACH. Esta pintura se halla justo a la entrada del Paraninfo, a la izquierda.


LA ESTUDIOSA JUVENTUD UNIVERSITARIA DE LA UACH

         En suma, estas cinco pinturas de Óscar Soto son de estilo figurativo y realista. Esencialmente, estas sobresalientes obras visuales recrean y representan la fundación de una iglesia durante la Colonia Española, en pleno llano chihuahuense; dos actividades artísticas de gran trascendencia cultural en la universidad: La música y la danza; la personalidad física de un gran pintor muralista que cuenta con dos grandes y brillantes murales en Chihuahua capital: La historia de Chihuahua en el Palacio de Gobierno y La Profecía de la Raza Cósmica en la Posada Tierra Blanca, ambos creados por el imaginario artístico de Aarón Piña Mora; la imagen de un sobresaliente director de orquesta de música clásica, Moisés Ordaz, en plena actividad artística; y, finalmente, la central tarea de estudiar con las figuras mestizas de  dos alumnos, la cual es una actividad propia de una universidad.
         Entre estas cinco pinturas, Cimientos sociales se erige como la mejor obra de arte de Soto por tres razones fundamentales: 1) Por su gran destreza técnica; 2) por construir la belleza de la naturaleza chihuahuense con intensos colores y precisos dibujos; 3) y por “cimentar” en imágenes visuales bellas y muy concretas la importancia de la cultura española en América, México y Chihuahua. Esta cultura europea aportó un elemento espiritual y cultural, la fe católica, y un elemento material, una iglesia cristiana, según la perspectiva cultural de la pintura del pintor chihuahuense. En especial, el título de la obra realza precisamente el sentido constructivo, creativo, positivo y civilizador de la obra colonial en la ciudad de Chihuahua: El fortalecimiento de una sociedad.
         El mural Cimientos sociales fue hecho con la técnica del óleo sobre acrílico el año de 2006. Oscar Soto Hermosillo (1945―) nació en La Cruz, Chihuahua.  Estudió en la Escuela de Bellas de la UACH en la década de los sesenta. Fundamentalmente, este pintor muestra en sus obras pictóricas la influencia honda del “academicismo del arte renacentista”; ha restaurado los siguientes murales del artista duranguense Leandro Carreón situados en el Paraninfo de la UACH: Fundación de México, Tianguis o Mercado Indio, Imperio de Moctezuma Xocoyotzin, La Conquista, Inquisición, La invasión extranjera, Reforma, Época Porfiriana y Revolución de 1910; y, finalmente, ha pintado cuadros para algunos ex-presidentes de México y los Estados Unidos (“Óscar”).
En especial, sobresalen en la obra de Soto diversas pinturas al óleo sobre indios tarahumaras, puesto que muestran un poderoso indigenismo, un acendrado regionalismo y una hechura estética brillante.  Estos retratos de tarahumaras se caracterizan por desarrollar una gran técnica realista en el retrato, por plasmar colores muy vivaces y variados y, sobre todo, por cristalizar una gran visión  estética y cultural de los indígenas de Chihuahua. Los espectadores pueden ver la configuración detallada de los rostros, el perfecto trazo de sus vestidos tradicionales y el trasfondo de la imponente y telúrica sierra chihuahuense como marco para retratar a estos mexicanos grandes.
      En conclusión, las cinco pinturas de Óscar Soto en el Paraninfo de la UACH representan un poderoso testimonio artístico e histórico de una parte de la cultura de Chihuahua. Por su detallada hechura artística y su enfoque histórico regional y nacional, Cimientos sociales es la más trascendente obra pictórica entre esos cinco obras.


Obras citadas
“Óscar Soto.” 100% Chihuahua. 21 febrero 2015. ChihuahuaMexico.com. 2008.
<www.chihuauhua.com.mx>.


[TODAS LAS FOTOS DE ESTE ESCRITO FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]


sábado, 21 de febrero de 2015

LOS ONCE MEJORES ARTISTAS DE MEXICO SEGUN "ONCE TV MEXICO": PRESENCIAS NOTABLES Y AUSENCIAS LAMENTABLES

LOS ONCE MEJORES ARTISTAS DE MÉXICO SEGÚN ONCE TV MÉXICO: PRESENCIAS NOTABLES Y AUSENCIAS LAMENTABLES

ÓSCAR ROBLES

         Hace algunos años, ONCE TV MÉXICO hizo una interesante, democrática y plural clasificación de los once más grandes artistas de México, los cuales fueron seleccionados por votación del público nacional a través de Internet. El concepto de artista es el clásico y se basa en los representantes de la arquitectura, el cine, la danza, la escultura, la literatura, la música y la pintura.
En general, estos once seleccionados son artistas del siglo XX. “Brillan por su ausencia” otros destacados representantes de las bellas artes mexicanas, como es natural en toda encuesta y lista selectiva. Aparecen cinco pintores, cuatro escritores, un arquitecto y un fotógrafo de cine. De este modo, se ve que México es una nación históricamente más dominada por los numerosos y calificados pintores y escritores. Estos creadores de imágenes plásticas y obras escritas han sido muy destacados desde la Colonia hasta la Época Contemporánea. Sin embargo, se conoce más a los artistas del siglo XX por el impacto de los medios de comunicación masiva y por su internacionalización en tiempos de economía global.
He aquí la lista general transmitida por el brillante Canal Once, la mejor televisión pública de Latinoamérica. Se difundió en el destacado programa Los Once y Más.

1. FRIDA KAHLO (PINTORA)
2. DIEGO RIVERA (PINTOR)
3. OCTAVIO PAZ (ESCRITOR)
4. JUAN RULFO (ESCRITOR)
5. RUFINO TAMAYO (PINTOR)
6. CARLOS FUENTES (ESCRITOR)
7. FRANCISCO TOLEDO (PINTOR Y ESCULTOR)
8. GABRIEL OROZCO (PINTOR Y ESCULTOR)
9. JOSÉ EMILIO PACHECO (ESCRITOR)
10. LUIS BARRAGÁN (ARQUITECTO)
11. GABRIEL FIGUEROA (FOTÓGRAFO DE CINE)

    El talentoso y simpático conductor Miguel Conde hizo este recuento y aporto importantes datos biográficos sobre cada artista seleccionado. Hace algunos años, ONCE TV MÉXICO la difundió por televisión abierta. El público nacional e internacional puede ver la grabación de este interesante programa en www.youtube.com.
         La clasificación es muy buena y acertada. Sin embargo, hay otros artistas grandes y muy populares que pueden figurar en la anterior lista. Por ejemplos, los muralistas David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Juan O`Gorman y el jalisciense Juan Soriano son ausencias notables entre los artistas plásticos, entre otros. Entre los escritores, Sor Juana Inés de la Cruz, Elena Poniatowska, Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Eduardo Lizalde podrían estar allí también, entre otros. Tres cineastas sobresalientes no aparecen allí tampoco: Emilio Indio Fernández, el hispano-mexicano Luis Buñuel y Roberto Gavaldón. Un cantante hispano-mexicano luce como una inclusión posible, puesto que diversos expertos en ópera lo consideran como el máximo tenor de todos los tiempos en el mundo. Su nombre es Plácido Domingo.
         Es difícil concentrar a los mejores artistas mexicanos dentro de las siete bellas artes en una lista tan breve de once representantes. Hay muchos y muy buenos y varios son desconocidos para los mexicanos contemporáneos. Por ejemplo, el pintor barroco Miguel Cabrera es muy célebre y grande por sus cuadros religiosos y de castas. El poeta modernista Salvador Díaz Mirón es un extraordinario creador de imágenes poéticas y profundas emociones en sus poemas.
         Es muy acertado crear ese tipo de listas. ONCE TV MÉXICO cumple con una función cultural fundamental con su programa Los Once y Más. Sin embargo, México es una poderosa metrópoli cultural y cuenta con muchos artistas de calidad nacional e internacional. Tal vez sería más conveniente y justo hacer listas de once mexicanos ilustres por cada una de las siete bellas artes.

NUEVO COMPLEJO CULTURAL EN EL CENTRO HISTORICO DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

NUEVO COMPLEJO CULTURAL EN EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES

         Un complejo cultural de jerarquía y moderna arquitectónica puede quedar muy bien en las dos áreas estacionamientos localizadas en las avenidas Niños Héroes y Venustiano Carranza, en pleno Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua. Sería un gran acierto de los gobiernos municipal y estatal, de la empresa privada local, de las universidades y/o de las asociaciones civiles y/o de los institutos regionales de cultura.
         Pueden ser dos edificios comunicados por un pasaje techado y/o con ventanas panorámicas que atraviese la Venustiano Carranza, de manera aérea y/o por un túnel que pase por debajo de dicha avenida.
         Este complejo puede contar con museos de arte, cómodos cafés y restaurantes, una casa de la cultura, salas para cine y teatro, tiendas de artesanía, librería, biblioteca y otros recintos públicos para la cultura local, nacional e internacional.
        Estos edificios culturales deben brindar belleza y funcionalidad a la zona centro, la cual sería un atractivo grande para los ciudadanos y los turistas en general. Estas construcciones fortalecerían el Centro Histórico como área cultural, enclave político y zona comercial.
         Ante todo, estos modernos edificios deben convertirse en un símbolo cultural de la nueva historia chihuahuense y de la etapa de la Reconstrucción de la vida civil en la capital del Estado de Chihuahua.
         Asimismo, estas remodelaciones y reconfiguraciones del Centro Histórico local deben estar marcadas por la apertura de más calles adoquinadas, con bancas, alumbrado público, arboles y vigilancia policiaca, para beneplácito de los transeúntes. Sobre todo, sería apropiado disminuir paulatinamente la circulación de vehículos automotores privados por las calles y avenidas principales de dicha zona central urbana.
         Con esta posible remodelación, el Centro Histórico de la antigua villa de San Felipe El Real crecería como espacio grande en el Estado Grande: Como enclave de la cultura, la comunidad y el comercio, bajo tiempos de paz y progreso.
         La cultura edifica civilidad, identidad colectiva y progreso. 

UNA "TIENDA CULTURAL SANBORN`S" EN EL CENTRO HISTORICO DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

UNA TIENDA CULTURAL SANBORN`S EN EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES

         Una tienda Sanborn`s le viene bien al Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua, cerca de la Plaza de Armas. Tres edificios antiguos de la calle Libertad pueden servir para abrir una tienda de dicha compañía mexicana: La antigua casa de Enrique Creel (esquina con calle Segunda), el edificio de la antigua tienda La Francia Marítima (casi esquina con calle Cuarta) y la Casona Prieto, la cual estuvo ocupada por la antigua mueblería Salinas y Rocha (calle Libertad, cerca de la calle Tercera). Los tres edificios se encuentran muy cerca de la Catedral de Chihuahua y la Presidencia Municipal.
Las numerosas tiendas Sanborn`s tienen una gran tradición como centros comerciales, culturales y sociales en México, desde hace más de medio siglo. Actualmente, hay dos tiendas de este tipo en dicha ciudad, en clavadas en la zona ubicada en el Bulevar Ortiz Mena y calle Mirador y dentro del Fashion Mall.
Por su larga y prestigiosa trayectoria comercial, estas tiendas forman parte de una gran cadena de negocios que cuenta con sucursales en muchas ciudades mexicanas, especialmente en la Ciudad de México. Pueden ser llamadas “tiendas culturales”, puesto que cuentan con una librería, una sección con discos y películas, un restaurante con gastronomía nacional, un bar y un apartado grande donde se expenden alimentos, perfumería, adornos y aparatos eléctricos y electrónicos, entre otros productos. Las tiendas Sanborn`s han servido de centros sociales y centros de reunión de intelectuales y gente de la cultura, especialmente en la Ciudad de México.

ANTIGUA CASA DE ENRIQUE CREEL EN CALLES LIBERTAD Y SEGUNDA

Además de los tres edificios citados, diversas casas antiguas del Centro Histórico de Chihuahua capital pueden convertirse en casas de la cultura, galerías de arte, salas de cine de arte o cine alternativo, cafés, restaurantes y bares con música en vivo. Con estas poderosas transformaciones, el Centro Histórico se consolidaría como el gran centro social y multicultural de la ciudad de Chihuahua, donde convergerían  las clases sociales, las  personas de diferente sexo-género, las distintas generaciones, las variadas etnias y razas de la entidad. Además de los edificios históricos, este perfil cultural del viejo centro de la Chihuahua capital sería un atractivo más para los turistas nacionales e internacionales.




CASONA PRIETO, EDIFICIO HISTORICO DE GRAN BELLEZA EN LA CALLE LIBERTAD, ENTRE CALLES TERCERA Y QUINTA

Algunas de estas tradicionales viviendas se ubican entre la enorme área que está marcada por los límites del Paseo Bolívar (zona sur), la calle Aldama (norte), la Avenida Vicente Guerrero (este) y la Avenida Ocampo (oeste). Algunas son de estilo colonial español y con bellas columnas de cantera.
En especial, la calle Libertad o la Aldama pueden convertirse en zona cultural con música en vivo de calidad artística y más tiendas de artesanía. Todos estos posibles cambios comerciales y culturales darían más belleza y funcionalidad al Centro Histórico y, en especial, lo proyectarían como una zona poderosa de comercio, cultura y turismo. Desde hace muchas décadas, el Centro Histórico es el centro político de dicha población, ya que alberga los edificios de los gobiernos municipal y estatal y, en 2015, contará con el edificio del poder judicial del Estado y, en fecha próxima, los diferentes recintos del antiguo Hotel del Real servirán para más oficinas de la Alcaldía.
Estas necesarias transformaciones continuarían el proceso de la Reconstrucción del Centro Histórico. Toda ciudad mexicana o extranjera necesita un centro cultural con una identidad colectiva muy plural y vigorosa.

[TODAS LAS FOTOS DE ESTE ESCRITO FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]

domingo, 15 de febrero de 2015

DINAMICA Y VIGOROSA ESTATUA ECUESTRE DE PANCHO VILLA DE RICARDO PONZANELLI EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

DINÁMICA Y VIGOROSA ESTATUA ECUESTRE DE PANCHO VILLA  DE RICARDO PONZANELLI EN LA CIUDAD DE CHIHUAHUA

ÓSCAR ROBLES        

    A galope tendido en el imaginario llano y entre hierbas silvestres, sombrero colgado a la espalda, chamarra revoloteando en el viento, pistola en mano derecha apuntando, Pancho Villa lucha por la Revolución Mexicana, congelado en el tiempo por el duro metal del arte. Su caballo corre sobre una mata de pasto y el héroe mira hacia el frente:
Villa vive en Chihuahua y combate todavía, simbólicamente.
         Es la prodigiosa y dinámica estatua ecuestre de metal, ubicada en una elevada columna de la ciudad de Chihuahua. Es una perfecta efigie de jinete y caballo que, con el azulino cielo de fondo, luce esplendente y vigorosa todos los días en el Centro Histórico de Chihuahua capital.
         La talla, los contornos, los detalles son de suprema calidad artística, un gran homenaje al revolucionario duranguense que hizo Historia Grande en el Estado Grande, Chihuahua. Ambas figuras son más grandes que el tamaño natural y su imagen es realista, impactante, pues capta el movimiento con precisión: La lucha revolucionaria quintaesenciada en ese galope valiente y la belleza épica de Villa y su caballo.
         Los viandantes pueden admirar la perfección y exactitud de las formas y volúmenes de esta obra: Un caballo brioso y robusto con su cola y crin salvajes al aire, su preciosa y fina montura con soga y cobija enrollada, sus exactas alforjas y su carabina dentro de su funda de cuero en la derecha del jinete, el sable en la izquierda, las fuertes y hermosas patas galopantes, mostrando los cascos delanteros hacia arriba y, en general, toda su figura animal reluciendo su metálico dinamismo.
Y Villa guerrero valiente monta con garbo de revolucionario primigenio y esencial, piernas arqueadas sobre el lomo de la bestia indómita, cartucheras con minuciosas balas sobre el pecho y espalda, pulidas mitazas protegiendo las piernas del héroe, chamarra con la falda levemente azotada por el viento al igual que el sombrero, su mano izquierda aflojando la rienda hacia adelante como buen jinete, picando simultáneamente los ijares de la bestia equina con sus agudas y metálicas espuelas, para hacer crecer el galope, para tender el galope revolucionario sobre el imaginario llano mexicano, su revólver sobre la cabeza del animal y, en especial, el rostro incisivo, con su clásico bigote: Y la película sigue y la lucha sigue viva, petrificada en su dinámico movimiento permanente, movimiento perpetuo de la nación mexicana, lucha congelada en el sólido metal del arte de un exquisito escultor mexicano, batalla concentrada en la figura de un solo revolucionario grande.
En conjunto, esta escultura ecuestre es una talla de gran fuerza creativa, de gran movimiento, de finas formas, todo esculpido con paciencia y sapiencia, precisos y vivos volúmenes del héroe revolucionario y su caballo. Significa una exaltación puramente épica, con gran destreza técnica de escultor.
La escultura se encuentra ubicada en el parque que se sitúa justo enfrente del moderno Edificio Héroes de la Revolución de la ciudad de Chihuahua, en la esquina de la Avenida Venustiano Carranza y calles Trece y Antonio Rosales.
En verdad, es una portentosa escultura que enriquece el patrimonio cultural e histórico de dicha ciudad norteña. Esta obra se une a la clásica e histórica estatua ecuestre de Pancho Villa con el caballo reparando, ubicada en la glorieta de las avenidas División del Norte y Universidad, la cual es obra del artista duranguense Ignacio Asúnsolo (1890-1965). En especial, esta mas reciente obra de caballo galopante y jinete combatiendo representan un enorme homenaje histórico y artístico al duranguense a José Doroteo Arango Arámbula, alias Francisco Villa (1878-1923), el hombre que fue sucesivamente militar revolucionario, General en jefe de la poderosa División del Norte, político y hacendado; el militar que logró las tomas de las ciudades de Ojinaga y Ciudad Juárez (Chihuahua) Torreón (Coahuila) y Zacatecas (Zacatecas), entre 1910 y 1914; el mexicano forjado en las “entrañas” mismas del pueblo que fue Gobernador provisional del Estado de Chihuahua, entre 1913 y 1914.
Pancho Villa cabalga de nuevo y permanece en el metal del tiempo hecho forma y volumen, en la escultura producida por la gran imaginación creadora del artista defeño Ricardo Eduardo Pedro Ponzanelli Quintero (1950―), quien ha esculpido algunas esculturas de la ciudad de Chihuahua, tales como el guerrero tarahumara Teporaca y el Ángel de la Libertad de la Plaza Mayor.
Villa es historia profunda y es arte, ya sea literatura, pintura, escultura, mural. De ello, dan testimonio las obras narrativas El águila y la serpiente (1928) y Memorias de Pancho Villa (1936-1951) del chihuahuense Martín Luis Guzmán; la novela Vámonos con Pancho Villa (1931) y los cuentos del también chihuahuense Rafael F. Muñoz; las prodigiosas y clásicas películas del cineasta mexicano Fernando de Fuentes de la década de los treinta; las cintas del director nativo de Coahuila Emilio Fernández en la década de los cuarenta; y otras obras artísticas más.
Villa es uno de los tres grandes personajes históricos de la historia de México, junto con el emperador azteca Moctezuma y el presidente oaxaqueño Benito Juárez García que salvo a la república mexicana de la Intervención Francesa en el siglo XIX, según opina el historiador de la Universidad de Chicago Friedrich Katz en su célebre libro Life and Times of Pancho Villa (1998).
Villa vive inmortalizado por el arte de la escultura pública, bajo el dorado sol y el amplio y hermoso cielo de Chihuahua.
Esta efigie es digna de figurar entre las diez mejores esculturas públicas de la ciudad de Chihuahua, al lado de las estatuas del indio apache Victorio, Felipe Ángeles, el Pancho Villa de Ignacio Asúnsolo, del actor Anthony Quinn y de las cinco esculturas monumentales y geométricas del artista camarguense Sebastián.
Villa vive y cabalga.
Los gentiles lectores pueden consultar en el presente Blog el artículo “Las esculturas públicas de la ciudad de Chihuahua: Arte, historia, símbolos culturales y belleza urbana”, el cual fue publicado el sábado 27 de diciembre de 2014.


GRAN DINAMISMO DE LA ESTATUA DE PANCHO VILLA




UNA GRAN OBRA DE PONZANELLI




[TODAS LAS FOTOS FUERON TOMADAS POR OSCAR ROBLES]

domingo, 8 de febrero de 2015

LA POSMODERNIDAD: RASGOS TEXTUALES, CONTEXTO HISTORICO, PRINCIPALES TEORICOS Y ALGUNAS OBRAS CLAVES

LA POSMODERNIDAD[1]: RASGOS TEXTUALES, CONTEXTO HISTÓRICO, PRINCIPALES TEÓRICOS Y ALGUNAS OBRAS CLAVES


ÓSCAR ROBLES

En general, la Posmodernidad es una corriente o movimiento cultural que se desarrolló a partir de la década de los sesenta hasta la década de los noventa aproximadamente, tanto en países europeos como en países de América.[2] Es una reacción escéptica, relativista, deconstructiva y auto-reflexiva contra las llamadas “narrativas maestras” de la Modernidad —v. gr. kantismo, hegelianismo, marxismo—, las cuales están fundamentadas en la sólida y racional noción de progreso dentro de la sociedad capitalista moderna. Mientras que la modernidad responde a las condiciones sociales del capitalismo contemporáneo, la Posmodernidad se asocia más al llamado “capitalismo tardío”, multinacional y global, propio de la segunda mitad del siglo XX (Butler 3). En realidad, la Posmodernidad es una corriente cultural difícil de percibir y definir bajo un concepto unificador, pues es un concepto muy complejo, muy “huidizo” y “resbaloso”. Particularmente, la estadounidense Linda Hutcheon examina “la poética de la Posmodernidad” y afirma que es una “estructura conceptual flexible” (ix). En el presente artículo sumario, se exponen los principales rasgos culturales y artísticos, el contexto histórico y los principales teóricos de la Posmodernidad y, en especial, se analizan los principales elementos de la Posmodernidad en la literatura de Occidente, utilizando principalmente las ideas centrales de Christopher Butler y Linda Hutcheon.
En general, la Posmodernidad procrea una “cultura posmoderna”. Esta cultura abarca diversas artes, tales como la arquitectura, el cine, la escultura, la fotografía, la literatura, la música y la pintura. Asimismo, la cultura “posmoderna” ha generado diversos cuerpos teóricos por parte de escritores de Europa y de los Estados Unidos, principalmente. Entre estos teóricos cimeros, se cuentan los franceses François Lyotard, Michel Foucault y Roland Barthes; los ingleses Fredric Jameson y Charles Jencks; Hommi Bhabha; la norteamericana Linda Cutcheon, entre otros. Particularmente, las ideas “posmodernas” surgen en Francia, hacia finales de la década de los sesenta y se trasladan a Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos en los setenta (Butler 6). En este sentido, la Posmodernidad es una corriente surgida en los países metropolitanos de occidente.

1. LA CULTURA “POSMODERNA” Y LA REACCIÓN CONTRA LAS “NARRATIVAS MAESTRAS” DE OCCIDENTE

Los creadores culturales de la Posmodernidad asumen algunas posturas políticas frente a los conflictos sociales contemporáneos, al poder y a los discursos hegemónicos. Asimismo, la Posmodernidad establece conceptos de identidad humana, a partir de las nociones de multiculturalismo, de marginalidad y de relatividad, especialmente. En especial, la Posmodernidad promueve mecanismos, estrategias y técnicas para “de-construir” las nociones dominantes de cultura y poder dentro de la Modernidad y el capitalismo. Sin embargo, esta cultura “deconstructiva” descompone, critica y cuestiona, pero le cuesta trabajo construir significados nuevos y novedosos. Por eso, muchas de las obras “posmodernas” parecen que alteran y perturban las ideologías dominantes y las formas artísticas de la modernidad, pero al final de cuentas no configuran significados unificadores, en opinión del crítico británico Christopher Butler. De este modo, la obra “posmoderna” o “el texto posmoderno” luce intencional y marcadamente como una obra más fragmentada, “less unified, less obviously ‘masterful’, more playful or anarchic, more concerned with the process of our understanding than with the pleasures of artistic finish or unity” (Butler 5). En pocas palabras, la Posmodernidad  ve a la cultura como un “recipiente” de una cantidad de historias compitiendo perpetuamente y, por ello, se aparta de los conceptos absolutos y de las grandes narrativas del conocimiento y de la cultura construidos por la Modernidad capitalista, por lo que esta corriente es una reacción cultural contra la Modernidad, especialmente contra el racionalismo de las sociedades de consumo y tecnocráticas y contra la continua modernización capitalista (29, 61).
         En su obra, el artista o creador cultural posmoderno muestra una postura escéptica frente a las ideologías prestigiosas de Occidente que han planteado la idea de progreso, de confianza en el conocimiento y de liberación de la humanidad. Butler resume brillantemente esta postura de duda asumida por el artista posmoderno: “I define postmodern as incredulity towards metanarratives” (13). En la historia de Occidente, estas “metanarrativas” o “narrativas maestras” por lo general han servido para dar formas de legitimidad y autoridad a las prácticas culturales de la Modernidad. Estas “metanarrativas” son diversas, se relacionan con procesos de modernización capitalista y de gran progreso material, tales como las filosofías de los alemanes Emmanuel Kant, Friedrich Hegel y Karl Marx, la redención cristiana, la utopía marxista y el triunfo de la ciencia. Así pues, cuando comienzan a declinar estas “metanarrativas” o grandes narrativas de la cultura occidental, justo a finales del siglo XX, entonces comienzan a gestarse formas culturales propias de la Posmodernidad en diversas artes. Estos fenómenos culturales “posmodernos” son concomitantes con la represión, la violencia y la guerra ocurridas en Europa en dicho periodo de tiempo, 1960-1990, de acuerdo a Butler (14). En Postmodernism. A Very Short Introduction,[3] Butler hace un recuento de los principales rasgos culturales de la Posmodernidad. Para este propósito, el crítico británico establece las características de “la condición posmoderna”, examina algunas obras importantes de la Posmodernidad y plantea las limitaciones de esta corriente cultural por su falta de construcción de teorías coherentes y de creación de obras completas con más sólido contenido ideológico y artístico, más allá de la pura exploración formal y de las estrategias meramente “deconstructivas”.[4] En el presente artículo sumario, se citan ideas escritas originalmente en el idioma inglés para tomar algunas de las ideas más brillantes, más definitorias y definitivas de Butler en torno al movimiento de la Posmodernidad. En otras ocasiones, se recurre constantemente a la traducción al español de algunos conceptos generales del libro de Butler cuando se considera que las ideas lucen más claras, ilustrativas y precisas para los lectores de habla hispana.

2. LOS PRINCIPALES RASGOS DE LA POSMODERNIDAD Y DE LA CULTURA DE LA POSMODERNIDAD

Las principales cualidades de la Posmodernidad son de orden formal y de contenido. En general, la Posmodernidad se fundamenta en los siguientes postulados de orden filosófico e ideológico, es decir, en rasgos de contenido que son más negaciones y cuestionamientos que afirmaciones y proposiciones. Según Butler, estos conceptos son claves para definir a la Posmodernidad: 1) El escepticismo y el abandono de la filosofía tradicional y realista, de la ciencia y de la historia como fuentes de verdades esenciales; 2) incorporación de las narrativas de los subordinados y de los marginados por la sociedad a nivel textual; 3) la emergencia de las verdades relativas o el llamado “relativismo”; 4) la deconstrucción, la cual ha sido definida más sólidamente por el francés Jacques Derridá, es una forma de negar las definiciones verdaderas o finales, de cuestionar algunas tendencias filosóficas, tales como el nominalismo, el esencialismo y el logo-centrismo y, en general, representa un modo de rechazar que “any dominant ideology, or post-Enlightenment, Kantian, universalizing, or imperialist language, can really describe the way things are” (Butler 21); 4) la famosa “muerte del autor” y la noción de que el texto literario [cultural] es realmente construido por el lector, como una forma más liberal de crear significados; 5) la auto-reflexividad o autoconciencia de la obra como texto y como continuación de otros textos anteriores; 6) la reescritura de la historia desde otros puntos de vista más plurales, puesto que se ve a la historia como una construcción ficcional dominada por las ideologías dominantes (el patriarcado y el capitalismo, por ejemplo), siguiendo la poderosa idea de que “historical narratives . . . are verbal fictions” del libro Tropics of Discourse (1978) del norteamericano Hayden White (Butler 33); 7) el ataque a la ciencia y a sus conceptos logo-céntricos, a sus relaciones estrechas con el poder y a sus científicos elitistas, los cuales están más concentrados en la burguesía, en el dominante Eurocentrismo y en la hegemónica visión masculinista y militarista; 8) la construcción de discursos basados en irracionalidades (deseo, sentimiento, sexualidad, feminidad y arte) y en identidades humanas plurales y en constante cambio y contradicción, las cuales están basadas más fuertemente en combinaciones de clase, raza, etnia, región, generación, sexo y género. En suma, bajo estos conceptos generales de orden filosófico e ideológico, la Posmodernidad ha dado origen a una original, compleja, fluida, “huidiza” y polémica cultura “posmoderna” en Europa, en la América anglosajona y aun en la misma América Hispana.

3.  LA CULTURA DE LA POSMODERNIDAD Y LA “CONDICIÓN POSMODERNA”

La cultura de la Posmodernidad es una crisis y una crítica cultural de la Modernidad, como ya se apuntó antes en el presente ensayo. En particular, Butler concentra las principales características de la cultura y, en especial, del arte de la Posmodernidad, dentro del capítulo 4 de Postmodernism, el cual se titula “The culture of postmodernism”. Para este propósito, analiza importantes opiniones críticas y teóricas y algunas obras claves de dicho periodo de la cultura occidental. Entre estas características planteadas por Butler, se pueden destacar las siguientes: 1) La pintura y la arquitectura regresan al conservador Realismo neoclásico paródico, según Charles Jencks; 2) en música, los artistas rechazan el orden narrativo tonal convencional de la obra; 3) el “arte conceptual” de la Posmodernidad expresa la pérdida de un sentimiento hacia la complejidad en el arte, el énfasis en el “concepto” y el desarrollo generalizado de obras minimalistas; 4) se desarrollan en las artes el famoso “discurso de la copia” y un nuevo concepto de realismo que, según Roland Barthes, “consists not in copying the real but in copying a (depicted) copy” (Citado por Butler 88); 5) la obra de arte es ante todo una crítica institucional y una expresión de los grupos marginales de distintos géneros, orientaciones sexuales y orígenes étnicos; 6) el arte propone un poderoso estímulo intelectual. Como ejemplo de la anterior característica, se encuentra el escenario artístico del simposio feminista The Dinner Party (1979) de la estadounidense Judy Chicago, el cual fue construido con la ayuda de cuatrocientas mujeres, incluye varias mesas con platos en perturbadoras formas de vaginas y, en general, propone identidades individuales contemporáneas más fluidas y más feminizadas, de acuerdo a Butler (95).
Así pues, todos los anteriores conceptos filosóficos, ideológicos y artísticos y todos los citados rasgos originales de forma y contenido, expuestos de manera sumaria en los párrafos anteriores, determinan el perfil de la cultura de la Posmodernidad. Pero, ¿cuáles son los rasgos centrales que hacen que un objeto de cultura (libro, filme, escultura, edificio, fotografía, pieza musical, pintura) se ubique bajo la famosa “condición posmoderna” o se defina como un arte de la Posmodernidad? En el capítulo 5 de Postmodernism, “The ‘postmodern condition’”, Christopher Butler examina las tendencias centrales de la Posmodernidad y establece los siguientes conceptos e ideas claves de dicha “condición posmoderna”. Los tres primeros conceptos fueron fijados y discutidos ampliamente por el teórico Fredric Jameson en algunos de sus libros y artículos. Así pues, Butler destaca los siguientes conceptos de la obra o texto posmoderno: 1) “La desaparición del sentido de la historia” y de la memoria y un constante sentimiento de vivir en el “presente perpetuo” (Butler 110); 2) Una general “crisis de representación” [cultural]; 3) la expansión del poder del capital hacia el reino del signo, de la cultura y de la representación; 4) la “hiperrealización” / hyperrealization, según la perspectiva de Jean Baudrillard, o la sensación de que la cultura y el arte son más que todo simulacro y reemplazan a las cosas reales y sus relaciones y, por este motivo, Internet aparece como el perfecto ejemplo del fenómeno de la Posmodernidad, ya que es “a non-hierarchized, indeed disorganized, collage” (114, 117); 5) el marcado escepticismo hacia la verdad, la existencia de verdades absolutas y las hegemónicas “metanarrativas” de la modernidad; 6) los artistas de la Posmodernidad son “good critical deconstructors, and terrible constructors” (116); 7) las creencias de los artistas tienden hacia un pluralismo multiculturalista y hacia un relativismo; 8) la crítica ejercida por la Posmodernidad es, al final de cuentas, una poderosa exhortación moral. En suma, Butler considera que los asuntos torales de la Posmodernidad se resumen en la profunda dialéctica y en los conflictos generados entre las siguientes tensiones: Razón y escepticismo, realidad e imagen y los poderes políticos de la inclusión y la exclusión.
 
4. LA POSMODERNIDAD SEGÚN ALGUNOS TEÓRICOS DE LA POSMODERNIDAD

En Poetics of Postmodernism. History, Theory, Fiction[5], la canadiense Linda Hutcheon piensa que la Posmodernidad cuenta con un fuerte contenido ideológico. En particular, examina dos aspectos fundamentales: 1) La relación entre lo “posmoderno” y los discursos minoritarios (v. gr. feminismo); 2) la problematización de la historia por parte de la propia Posmodernidad y de la metaficción historiográfica (v. gr. confrontación de la historia con la metaficción). En general, Hutcheon establece que  la Posmodernidad está profundamente ligada a los análisis ideológicos y, por lo tanto, las obras artísticas y literarias no son meras estructuras formales, sino sólidos productores de significado ideológico: “Postmodernism teaches that all cultural practices have an ideological subtext which determines the conditions of the very possibility of their production of meaning” (xii-xiii). Como indica el título de su libro, ella examina detenidamente la historia, la teoría y la ficción en torno a la Posmodernidad / Postmodernism y discute diversos conceptos propios de esta corriente cultural, tales como los usos constantes de la parodia, de la metaficción y de la intertextualidad, dentro de los “textos”.

5.  LA LITERATURA DE LA POSMODERNIDAD EN EL PRIMER MUNDO

En la literatura, muchos escritores occidentales del Primer Mundo han escrito obras con los lineamientos de la Modernidad y obras con las características dominantes de la Posmodernidad, así que es difícil establecer claras periodizaciones históricas, tanto en Europa como en Estados Unidos. En general, se pueden contar los siguientes rasgos literarios centrales de la Posmodernidad: 1) La auto-reflexividad: En la novela, el autor se concentra más en la creación de su propio y original lenguaje literario más que en la tradicional y coherente estructura dramática, construida a base de suspenso y dominante realismo tradicional.  La auto-reflexividad produce en varios casos contradicción lógica, paranoia y fantasía cómica. Algunos de estos escritores son los novelistas franceses del Noveau Roman, tales como Alain Robbe-Grillet y Phillipe Sollers; 2) la relevante autoconciencia de la creación artística, expresada dentro de la trama misma de los textos narrativos; 3) el relativismo; 4) el escepticismo; 5) la deconstrucción; 6) y la parodia. En general, apunta Butler, “the postmodernist novel doesn’t try to create a sustained realist illusion” (73). Por ejemplo, Butler señala que la novela Ragtime (1975) del estadounidense E. L. Doctorow narra un absurdo viaje de los psicólogos Siegmund Freud y Carl Jung en el Túnel del Amor de un parque estadounidense y considera que The French Lieutenant’s Woman del norteamericano John Fowles expone constantes manipulaciones narrativas del autor, un comentario “posmoderno” sobre el periodo Victoriano y una parodia de las novelas realistas de la Época Victoriana escritas por el inglés Thomas Hardy.  

6.  LA LITERATURA DE LA POSMODERNIDAD EN ARGENTINA

         En particular, el crítico Santiago Colás ha analizado algunas obras narrativas argentinas como manifestaciones destacadas de la Posmodernidad en Latinoamérica. Entre estas obras, utiliza diferentes enfoques específicos del Posmodernismo. En principio, Colás ubica a Rayuela (1963) de Julio Cortázar como la  pieza central de la Modernidad en Latinoamérica. En segundo término, examina la destacada novela El beso de la mujer araña (1976) de Manuel Puig como un ejemplo perfecto de una etapa de transición entre la Modernidad latinoamericana y la Posmodernidad argentina. En tercer lugar, ve a la novela Respiración artificial (1980) de Ricardo Piglia como la perfecta coordinación entre lo social y lo cultural de la Posmodernidad argentina. En cuarto lugar, discute la reescritura de la historia y la recapitulación de la naturaleza profunda de la Posmodernidad argentina en La novela de Perón (1985) de Tomás Eloy Martínez. De esta manera, Colás prueba en su libro que la Posmodernidad se manifiesta también en Latinoamérica y que no sólo es una corriente cultural y literaria propia de los países metropolitanos de Europa y de los Estados Unidos de Norteamérica.
Como puede verse, Christopher Butler, Linda Cutcheon y Santiago Colás aportan importantes estudios sumarios e interesantes enfoques críticos para mostrar la teoría de la Posmodernidad y el análisis crítico de importantes obras posmodernas. El propósito del presente artículo es ofrecer un breve resumen de las ideas de esos tres críticos occidentales, mediante un ordenado panorama general y esquemático de la Posmodernidad. Por este motivo, se  exponen  los principales  rasgos textuales, un breve contexto histórico, los nombres y las ideas centrales de algunos teóricos y algunos ejemplos de obras artísticas y literarias posmodernas, propias de Europa, los Estados Unidos y Argentina. Existen numerosas obras teóricas sobre la Posmodernidad, escritas por europeos y estadounidenses principalmente. A continuación se citan algunos textos centrales: La condition postmoderne (1979) de Jean-François Lyotard, Postmodernism or, The Logic of Late Capitalism (1991) de Fredric Jameson, What is Postmodernism? (1996) de Charles Jencks y la citada A Poetics of Postmodernism. History, Theory, Fiction (1988) de Linda Cutcheon.
         En conclusión, la Posmodernidad es una corriente cultural novedosa, compleja y diversa, pues abarca la teoría y el arte y ocurre en Europa, los Estados Unidos, Hispanoamérica y, aun, en otras regiones del mundo donde hay manifestaciones del “Capitalismo tardío” del siglo XX. La Posmodernidad es una poderosa tendencia cultural que de-construye las ideologías modernas, que duda y relativiza el conocimiento universal y dominante, que critica los discursos hegemónicos y absolutos, que cuestiona las diferentes formas del poder, que reflexiona e incorpora nuevos discursos plurales, multiculturales y marginales a la creación cultural en Occidente y, sobre todo, que crea cultura y textos culturales con estrategias artísticas y literarias propias. La Posmodernidad representa, ante todo, una reacción contra la poderosa Modernidad occidental desarrollada bajo el capitalismo moderno. Los brillantes estudios de Christopher Butler, Linda Cutcheon y Santiago Colás son una gran muestra intelectual de que la Posmodernidad tiene cuerpos teóricos relativamente coherentes y de que los artistas han producido abundantes obras o textos “posmodernos”, dentro del periodo de 1960 a 1990.
Sin embargo, la Posmodernidad es una tendencia cultural muy polémica, sumamente interesante y apasionante y poderosamente generadora de numerosos conceptos, artículos y libros sobre la misma en Europa y en América sobre todo. En particular, la Posmodernidad también ha construido diversas ideas, a veces “huidizas”, un tanto “oscuras”, muy “fluidas” y difíciles de comprender. Al final de cuentas, la Posmodernidad es, como resume el propio Butler, una reacción o una marcada “incredulidad” contra y hacia las llamadas “metanarrativas” o “grandes narrativas” filosóficas, ideológicas y culturales fundadas durante el largo desarrollo de la dominante y duradera Modernidad de Occidente (13). Estas “narrativas maestras” de Occidente son discursos de conocimiento, discurso y poder. Entre ellas, se pueden citar el kantianismo, el hegelianismo, el marxismo, el cientificismo y otras más. Las prácticas culturales de la Posmodernidad abarcan el arte y la literatura principalmente. En estos campos de la cultura, la Posmodernidad ha sembrado su escepticismo, su crítica de la cultura occidental y su alta creatividad.


Obras citadas
Butler, Christopher. Postmodernism. A Very Short Introduction. New York: Oxford University
Press, 2002.
Colás, Santiago. Postmodernity in Latin America. The Argentine Paradigm. Durham, North
Carolina: Duke University Press, 1994.
Gómez Gil, Orlando. Historia crítica de la literatura hispanoamericana. New York: Holt,
Rinehart and Winston, 1968.
Hutcheon, Linda. A Poetic of Postmodernism. History, Theory, Fiction. New York: Routledge,
1999.
Jameson, Fredric. Postmodernism or, The Cultural Logic of Late Capitalism. Durham: Duke
University Press, 2001.



[1] La Posmodernidad / Postmodernism es diferente del llamado Posmodernismo hispanoamericano desarrollado entre 1905 y 1932, en el género de la poesía lírica. En general, esta poesía es sencilla, narrativa, prosaica, coloquial, escéptica y neorromántica y sus principales representantes son el mexicano Ramón López Velarde, la argentina Alfonsina Storni, la uruguaya Delmira Agustini y la chilena Gabriela Mistral, entre otros (Gómez Gil 479). Este Posmodernismo es una reacción contra el Modernismo protagonizado por el nicaragüense Rubén Darío, el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, el cubano José Martí, el colombiano José Asunción Silva, el argentino Leopoldo Lugones, el uruguayo Julio Herrera y Reissig y otros poetas hispanoamericanos más.
 
[2] Algunos autores y teóricos abren y extienden ese periodo de treinta años (1960-1990) y consideran que el punto de fractura con la Modernidad y los primeros síntomas del comienzo de la Posmodernidad aparecen precisamente en la década de los cincuenta. En particular, el estadounidense Fredric Jameson fija su postura sobre la periodización y marca el inicio de la Posmodernidad de la siguiente manera: “The hypothesis of some radical break or coupure traced back to the end of 1950s or the early 1960s” (xxiii).

[3] Este libro de Butler ha recibido críticas positivas por parte de distinguidos profesores e investigadores, tales como Patricia Waugh de la Universidad de Durham, Hans Bertens de la Universidad de Utrecht e Ihab Hasan de la Universidad de Wisconsin.

[4] En su libro, Butler analiza la Posmodernidad con una gran visión abarcadora, esquemática y con sustancial información, fotos, obras claves y bibliografía básica. Para tal propósito, el crítico británico usa cinco capítulos con los siguientes títulos que pueden ilustrar los buenos enfoques y los temas generales sobre la Posmodernidad: 1. The rise of postmodernism; 2. New ways of seeing the world; 3. Politics and identity; 4. The culture of postmodernism; 5. The ‘postmodern condition’.

[5] El libro de Hutcheon se compone de dos partes generales y de trece capítulos en total.

LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS

  LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS   POR ÓSCAR ROBLES            Ya no resplandecían los coloridos barriles de vid...