martes, 30 de abril de 2013

LECCION 34 DEL TAO: TODAS LAS COSAS DEL MUNDO NACEN DEL TAO

LECCIÓN 34 DEL TAOTODAS LAS COSAS DEL MUNDO NACEN DEL TAO


ÓSCAR ROBLES


        La honda naturaleza metafísica del Tao —ubicuidad, eternidad, fuente de infinitud, espiritualidad, grandeza— es el tema principal del libro 34 del Tao. El Tao como Ser quintaesencial del universo ocupa las preocupaciones centrales de los capítulos 4, 5, 6, 7, 21 y 32 del libro de Lao-tzu. En general, el Tao es como un dios y su identidad es imprecisa e inapresable, pues en la filosofía oriental se considera como la matriz quintaesencial de todas las cosas y como el origen del universo, del mundo y de los seres humanos, Incluso, es anterior a Dios mismo. En el libro 34, esta visión metafísica del Tao es muy importante y se expresa cómo esta entidad o esencia puramente abstracta da origen a todo y a todos. Una sola estrofa de quince versos compone el libro 34 en la versión en inglés de Stephen Mitchell.
         En primer lugar, el maestro oriental sostiene que el gran Tao fluye por todas partes y que todas las cosas nacen de él, pero no las crea (34). En especial, Mitchell considera que el Tao es más un procreador que un creador: “It is more like a mother than like an artisan, giving birth rather than making” (Notes 109). Además, Mitchell opina que el Tao genera vida espontáneamente, apartándose de todo esquema lógico o racional: “It acts without any conscious plan or purpose” (109). Por ende, el Tao es como Dios, una entidad metafísica difícil de explicar. Así pues, el Tao es y ya.
En segundo lugar, Lao-tzu piensa que el Tao se vierte a sí mismo en su trabajo, pero no hace ninguna reclamación (34).
En tercer lugar, el maestro chino afirma que el Tao nutre infinitivos mundos, pero no se agarra a ellos (34).
En cuarto lugar, puesto que emerge en todas las cosas y está escondido en sus corazones, el Tao puede ser considerado como humilde, refiere el pensador chino (34).
En quinto lugar, puesto que todas las cosas se desvanecen en él y perdura solo, el Tao puede ser considerado como grande, expone Lao-tzu (34).
Finalmente, el contemporáneo de Confucio señala que el Tao no está consciente de su grandeza, así que es verdaderamente magnífico.
         En conclusión, el Tao es un Todo, un dios, una Presencia ubicua y eterna, un auténtico dador de vida, un generador espontáneo de las cosas del mundo y de múltiples situaciones, y una fuente inagotable y perdurable de diversos mundos posibles. El Tao parece como una “chispa mágica e invisible” o una “energía secreta” que penetra la esencia de las cosas y de las personas. Asimismo, el Tao luce como Dios mismo.
Ante todo, el Tao es la clave para entender el mundo de una mejor manera y para vivir en una verdadera paz interna y en armonía con el entorno de cualquier espacio geográfico y de cualquier época, según se advierte en todos los capítulos del Tao dedicados a configurar la naturaleza del Tao.
        



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
         Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.


lunes, 29 de abril de 2013

LECCION 33 DEL TAO: CONOCETE Y DOMINATE A TI MISMO

LECCIÓN 33 DEL TAO:  CONÓCETE Y  DOMÍNATE A TI MISMO


ÓSCAR ROBLES


     El autoconocimiento y el autodominio del propio interior humano, las posesiones y la muerte son las preocupaciones principales del libro 33 del Tao. Ante todo, Lao-tzu reflexiona en este capítulo sobre la autoexploración del interior humano para fortalecerse como ser humano integral y para aceptar con naturalidad la muerte durante toda su vida. En este libro, la positiva y serena actitud mental es clave para adquirir poder y felicidad. El breve capítulo tiene solamente dos estrofas: La primera posee cuatro versos; la segunda, cinco.
         Conocer a otros es inteligencia y conocerse a sí mismo es auténtica sabiduría, considera el filósofo chino en la primera estrofa (33). En una nota, Mitchell explica el sentido profundo de la “verdadera” o “auténtica sabiduría”: “When I know myself, I know others” and “when I master myself, I don’t need to master others” (Notes 109). Luego, el autor del Tao expone que dominar a otros es fuerza y dominarse a sí mismo es verdadero poder (33).
         En la segunda y última estrofa, el maestro oriental sugiere tres consejos esenciales, mediante dos clausulas condicionales con la conjunción “si” / “if”: La concepción subjetiva de la riqueza, el autocentramiento en la vida y la aceptación de la muerte. En primer lugar, sugiere que si te das cuenta de que tú posees bastante, eres verdaderamente rico (33). En segundo lugar, Lao-tzu concluye con gran sabiduría que si tú permaneces en el centro y abrazas la muerte con todo tu corazón, tú durarás por siempre (33).
         De esta manera, el sabio maestro oriental explora el gran poder del interior humano —inteligencia, espíritu— y propone una postura mesurada y serena de los seres humanos y, en especial, de los seguidores del Tao, frente a importantes aspectos de la vida, tales como el conocimiento, el poder, la riqueza y la muerte.



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-129.

viernes, 26 de abril de 2013

LECCION 32 DEL TAO: EL TAO ES PEQUENO E INMENSO

LECCIÓN 32 DEL TAO
EL TAO ES PEQUEÑO E INMENSO



ÓSCAR ROBLES




         La contradictoria dimensión ontológica[1] del Tao y la gran armonía que generaría el cultivo constante del Tao en un hipotético mundo perfecto, son los dos grandes tópicos del libro 32 del Tao. En un sentido conceptual, este capítulo define la esencia del Tao, como en los libros 4, 6, 7 y 21 del mismo Tao Te King. El Tao es el origen del universo, del mundo y de los seres humanos y es anterior a Dios mismo, como se apuntó en las lecciones citadas arriba.
En el libro 32, algunos rasgos del Tao son verdaderamente inquietantes, pues encierran una gran contradicción: El Tao es pequeño e inmenso. Parece como un microcosmos en el que se mira el macrocosmos. Con esta caracterización tan difícil, el Tao se vuelve más complejo, más abstracto como concepto y más inapresable que al principio del libro de Lao-tzu. En especial, el segundo rasgo —ser inmenso— aparece en la estrofa final o estrofa de conclusión y es definido por medio de un tropo: Una hermosa comparación clásica basada en dos elementos de la naturaleza, el río y el mar.
En total, el libro contiene cuatro estrofas en la versión en inglés de Stephen Mitchell: La primera se compone de tres versos; la segunda, de seis; la tercera, de seis; y la cuarta, de dos. Particularmente, la estrofa de dos versos presenta la tradicional idea sintética clave.
El Tao no puede ser percibido, es más pequeño que un electrón  y contiene incontables galaxias, enuncia Lao-tzu en la primera estrofa (32). De entrada, esta definición es desconcertante. Aunque se sabe que el concepto del Tao es muy abstracto, el dúo de características electrón-galaxias tiene un profundo sentido metafórico y una aparente contradicción. De este modo, el Tao es minúsculo, pero contiene múltiples y enormes entidades. Es decir, es como un artefacto mágico, como un ser pequeñísimo con infinitos mundos.
Si los hombres y las mujeres poderosos pudieran mantenerse centrados en el Tao, todas las cosas estarían en armonía, expone el filósofo chino en la segunda estrofa (32). El mundo llegaría a ser un paraíso, toda la gente estaría en paz y la ley estaría escrita en sus corazones, sostiene el pensador oriental (32). Como puede se advierte, se propone un mundo verdaderamente utópico.
La tercera estrofa desarrolla algunas ideas hipotéticas en torno a la “transitoriedad” de las cosas del mundo. Primeramente, Lao-tzu afirma que cuando tú tienes nombres y formas, debes saber que éstos son provisionales y que cuando tú tienes instituciones, debes saber dónde sus funciones terminarían (32). Sabiendo cuándo parar, tú puedes evitar cualquier peligro, cierra el autor del libro esta parte (32).
La cuarta estrofa remarca el carácter primigenio del Tao, es decir, la imagen de matriz quintaesencial del universo y del mundo. Lao-tzu finaliza precisamente con este hermoso símil: Todas las cosas terminan en el Tao como los ríos fluyen hacia el mar (32).
Así pues, el filósofo chino configura en el libro 32 la imposible utopía del mundo perfecto o del paraíso. Esta utopía se lograría con la práctica constante del Tao por parte de los poderosos, porque ellos gobiernan las naciones. Entre otras cosas, la práctica de la filosofía del Tao exige la postura de la inacción, el autocontrol y el ejercicio de la serenidad. También, el Tao postula que los seres humanos deben actuar en armonía con la cosas del mundo, después de entender profundamente los mecanismos secretos del universo, según se expone en otros libros del Tao.
Finalmente, la caracterización del Tao como pequeño e inmenso se basa en una red de contradicciones y “esencializaciones” sobre la profunda naturaleza del Tao. En particular, Mitchell apunta en una nota al capítulo 32 los siguientes rasgos contradictorios del Tao: “Neither small not large. Neither here nor there. Neither past nor future nor present” (Notes 108-109). Así pues, el Tao es complejo, sobrenatural, divino y metafísico. Es, por ello mismo, inapresable, ubicuo e intemporal.
Pero el Tao constituye la clave para lograr la armonía personal, grupal, mundial y/o universal. Parece como una “invisible y secreta llave mágica” para enfrentar la viva vida misma. Ante todo, el Tao permite activar acertadamente el interior humano y comprender la dinámica  del mundo externo.




Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.
“Ontología.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991.
“Ontológico.” Pequeño Larousse ilustrado. 1991.


[1] “Ontológico” es lo relativo a la “ontología”. La “ontología” es la “ciencia del ser en general” y es una rama de la filosofía. (“Ontología”). Entre los aspectos ontológicos esenciales, se encuentra la idea de Dios. Un “argumento ontológico” prueba la existencia de Dios (“Ontológico). El monje benedictino inglés San Anselmo (1033-1109), el filósofo francés René Descartes (1596-1650) y el filósofo alemán Gottfried Leibniz (1646-1716) demostraron la existencia de Dios con argumentos ontológicos. Por ejemplo, argumentaron que “en la idea de Dios como ser perfecto se halla contenida la idea de su existencia” (“Ontológico”). Como Dios, el Tao es una idea o una esencia difícil de aprehender por su naturaleza puramente abstracta y metafísica.

LECCION 31 DEL TAO: DIGNIDAD Y COMPASION EN LA GUERRA

LECCIÓN 31 DEL TAODIGNIDAD Y COMPASIÓN EN LA GUERRA


ÓSCAR ROBLES


         El capítulo 31 del Tao se concentra en los casos apropiados e inapropiados para usar las armas en contra de otros seres humanos y en los comportamientos adecuados en caso de guerra necesaria. Frente a estos asuntos tan delicados, Lao-tzu aconseja el correcto uso de las armas en las circunstancias apropiadas y la necesaria sensibilización de los participantes en una guerra. Este libro o poema se distribuye en tres estrofas: La primera cuenta con dos versos; la segunda, con catorce; la tercera, con tres.
Las armas son las herramientas de la violencia y todos los hombres decentes las detestan, sostiene Lao-tzu en la primera estrofa (31).
La segunda y larga estrofa aborda cuatro diferentes aspectos que se involucran en el uso de las armas y en una guerra: El autocontrol, la pérdida de la paz, la identificación de seres semejantes y la compasión. En primer lugar, el filósofo chino expone que las armas son los instrumentos del miedo y un ser humano decente las evitará, excepto en la más calamitosa necesidad, y si es obligado, las usará con la mayor restricción (31). En segundo lugar, el maestro oriental argumenta que la paz es el más grande valor y que si la paz ha sido destruida, ¿cómo puede el ser humano estar contento? (31). Mitchell apunta que la paz significa “wholeness” o “totalidad” (Notes 108). En tercer lugar, Lao-tzu apunta que si los enemigos del participante en una guerra no son demonios, sino seres humanos como él mismo / ella misma, dicho guerrero no les desea daño personal a los enemigos ni se regocija con la victoria (31). En cuarto lugar, el contemporáneo de Confucio concluye esta estrofa con esta punzante pregunta que busca conmover y sensibilizar a los seres humanos con respecto a las horribles acciones de la guerra: ¿Cómo podría un ser humano refocilarse con la victoria y deleitarse con la matanza de seres humanos? (31).
Finalmente, el pensador oriental considera que los participantes en las guerras deben mostrar sentimientos muy humanos y suficientemente apropiados. Él / ella entra en batalla con seriedad, con dolor y con gran compasión, como si asistiera a un funeral, concluye Lao-tzu (31).
Así pues, el autor del Tao condena abiertamente el uso de las armas y de la violencia y establece el apropiado nivel de dignidad y de compasión humanas que deben exhibirse en una guerra necesaria e ineludible. Las guerras responden a la dinámica de la historia y de la materia y por ello son constantes a largo de la historia de la humanidad y de las historias nacionales. El espiritual Tao, sin embargo, debe enfrentar una postura adecuada frente al uso de las armas, a las guerras, a la destrucción y a las muertes violentas. De este modo, la espiritualidad y la postura de la serenidad propias de la filosofía del Tao parecen fracturarse. Sin embargo, Lao-tzu logra proponer una actitud moral y “humanizar” un poco la guerra.
Finalmente, el pensador oriental integra estos asuntos sumamente negativos, las armas y la guerra, a su obra Tao Te King en el libro 31. Como deben saber los seguidores del Tao, las armas y la guerra son totalmente opuestos a las centrales y tradicionales nociones de la filosofía del Tao: A la espiritualidad, a la serenidad, a la inacción y a la neutralidad. Sin embargo, las armas y la guerra son congruentes con la visión general del Tao, ya que lo positivo y lo negativo y otros aspectos opuestos forman parte importante en la composición del universo y del mundo. Por eso, los seguidores del Tao deben aceptar el uso de las armas y la guerra,  descubriendo y mostrando los aspectos más humanos, dignos y compasivos.




Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.

LECCION 30 DEL TAO: ACEPTATE A TI MISMO

LECCIÓN 30 DEL TAO:  ACÉPTATE A TI MSMO

ÓSCAR ROBLES

        
La violencia en la sociedad y la autoaceptación como persona ocupan el centro del capítulo 30 del Tao. Aunque parecen temas separados, ambos están conectados por el necesario papel neutral que deben ejercer los seguidores de la filosofía del Tao frente a un fenómeno tan irracional y destructivo como la violencia. En dos estrofas, Lao-tzu vierte su sabio pensamiento para recomendar el uso de la serenidad y de la espiritualidad del ser humano frente al mundo. La primera estrofa tiene seis versos; la segunda, doce. En este caso, la segunda y más larga estrofa es una descripción sobre la postura sabia que deben asumir los seguidores del Tao en la turbulenta vida humana.
En la primera estrofa, Lao-tzu reflexiona sobre la violencia, un tópico universal en la historia de la humanidad y un asunto tan frecuente en el siglo XXI. Cualquiera que dependa del Tao para gobernar a los seres humanos no intenta forzar asuntos o derrotar enemigos por la fuerza de las armas, enjuicia el filósofo chino (30). En su nota a este capítulo, Mitchell agrega que el Maestro / la Maestra “lets the issues resolve themselves” (Notes 108). Al final de esta estrofa, el autor del Tao cierra con esta conclusión sobre los efectos nocivos de la violencia: Para toda fuerza hay una contrafuerza y la violencia, aunque bien intencionada, siempre rebota sobre uno mismo (30).
En la segunda estrofa, Lao-tzu define claramente el papel del practicante del Tao en medio de un universo sin armonía y en crisis. El Maestro o la Maestra hacen su trabajo y después se detienen, manifiesta el pensador oriental (30). Él / ella entiende que el universo está siempre fuera de control, y este intento de dominar los acontecimientos va en contra de la corriente del Tao, apunta el contemporáneo de Confucio (30). En especial, Mitchell caracteriza el papel frágil, mínimo y reflexivo de una persona frente al incontrolable universo: El yo es el “tiny” y “personal”, pero “conscious self” (Notes 108). Luego, el autor del Tao refuerza con dos juicios sobre la autoaceptación como individuo en cada persona: Porque él / ella cree en sí mismo / misma, no intenta convencer a otros y porque él / ella está contento / contenta consigo mismo, no necesita la aprobación de los otros, argumenta (30). Lao-tzu finaliza la estrofa con esta hermosa idea de reafirmación del interior humano: Porque él / ella se acepta a sí mismo / misma, el mundo entero lo / la acepta (30).
Como se advierte, la lección 30 combina una reflexión sobre un acontecimiento social negativo, la violencia, y una serie de consejos en torno a la postura neutral y espiritual de los seguidores del Tao. Este libro es, en especial, un valioso ejemplo para asimilar los difíciles tiempos de crimen, guerra y violencia que enfrenta el mundo en la segunda década del siglo XXI.
        



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.

jueves, 25 de abril de 2013

LECCION 29 DEL TAO: VE LAS COSAS COMO SON Y NO LAS CONTROLES

LECCIÓN 29 DEL TAO:
VE LAS COSAS COMO SON Y NO LAS CONTROLES




ÓSCAR ROBLES




         El libro 29 del Tao plantea aparentemente una postura neutral y pasiva frente al mundo. Sin embargo, este capítulo también recomienda identificar y asumir las posibles y variadas acciones en el entorno humano, de acuerdo a los movimientos espontáneos y naturales de la vida y del universo.
En general, esta lección expone que el mundo tiene su propia dinámica de cambio y de permanencia, que hay diferentes tiempos para el ser humano según la diversidad del propio mundo y que el seguidor o la seguidora del Tao no deben controlar las cosas del mundo.
El punto clave de esta lección es cómo insertar y adaptar esta visión filosófica y espiritualista en el angustiante e hipermaterialista tiempo histórico de la vida humana. Como puede verse, esta actitud filosófica y sabia del Tao se contrapone parcialmente con el tradicional rol del ser humano como sujeto activo y dinámico en la historia del mundo y, en especial, en la historia de la sociedad moderna.
Para conciliar este doble papel de los humanos —el pasivo o filosófico con el activo e histórico— es importante entender que los seres humanos deben trabajar arduamente en sus respectivos entornos, para cambiar a la sociedad con actos mínimos y civilizados. También las personas deben guardar distancia y mantenerse neutrales frente a los aspectos sumamente difíciles de alterar o transformar, porque obedecen a profundos factores psicológicos, sociales, económicos y políticos, dentro de una cultura nacional, de un grupo étnico o racial, de una específica etapa histórica o de una condición generalizada en una sociedad determinada. En suma, hay que asumir el doble papel, activo y pasivo, y siempre mantener una mesurada y serena postura sabia para saber distinguir si hay que ser más filosófico y espiritual o envolverse en el materialista cambio histórico.
En total, aparecen cuatro estrofas en la versión en inglés de este libro o capítulo: La primera con dos versos; la segunda con cuatro versos; la tercera con ocho versos; la quinta con cuatro versos. Como en todas las lecciones del Tao Te King, la estrofa final es el colofón y contiene la idea filosófica y moral de toda la lección en forma sintética.
         La primera estrofa tiene una pregunta y una respuesta negativa en torno a la naturaleza profunda, espiritual y marcadamente primigenia del mundo desde sus orígenes. Es decir, el mundo siempre ha tenido la misma dinámica espiritual y la misma configuración metafísica. Lao-tzu pregunta primero lo siguiente: ¿Quieres mejorar el mundo? La respuesta es que esta ardua tarea de mejoramiento no puede ser hecha (29). El pensador Ramana Maharshi apunta una gran idea que plantea una relación simbiótica entre el mundo externo y el mundo interno de los humanos. Este filósofo afirma que las personas no pueden reformar el mundo sin primero descubrir su verdadero yo (Citado por Mitchell, Notes 107). Es mejor calzar zapatos para caminar sobre las piedras y las espinas, sugiere Maharashi con estas profunda metáforas que ilustran claramente la gran fuerza de la espiritualidad de las personas frente al difícil mundo (108).
         Lao-tzu establece en la segunda estrofa la naturaleza del mundo y el posible papel negativo del ser humano al tratar de alterar algunos elementos de la realidad objetiva. El mundo es sagrado y no puede ser mejorado, sostiene el pensador oriental (29). Según Mitchell, este pensamiento se relaciona con la postura del “Sabbath mind”, incluido en el primer capítulo del Génesis de la Sagrada Biblia. En este capítulo, Dios contempla el mundo ya creado en un estado de perfecto reposo y dice: “Behold, it is very good” / “Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno” [1 Génesis: 31]. De este modo, el mundo ya fue creado como es: La luz y la oscuridad; el día y la noche; el cielo y las estrellas; el mar y la tierra; los animales, las plantas y los humanos. En suma, todos estos elementos primigenios del mundo representan en realidad “the greatest possible improvements” (Notes 108).
Luego, Lao-tzu continúa en la misma segunda estrofa con esta “gema” de sabiduría oriental: Si tú tocas el mundo, lo arruinarás y si tú lo tratas como un objeto, lo perderás (29). En la misma nota al capítulo 29, Mitchell compara esta idea de aceptar el mundo tal y como es con el libro 35 del mismo Tao Te King, en el cual se incluyen los naturales y necesarios elementos negativos del universo y del mundo: “She [The Master] perceives the universal harmony, / even amid great pain, / because she has found peace in her heart” (Notes 108).
         En la tercera estrofa, Lao-tzu describe ocho tiempos posibles para desarrollar diferentes actos o asumir variadas actitudes en la vida humana. Hay diferentes tiempos 1) para estar adelante; 2) para estar detrás: 3) para estar en movimiento; 4) para descansar; 5) para ser vigoroso; 6) para estar agotado; 7) para estar seguro; 8) para estar en peligro (29). Como seguidor del Tao, uno puede vislumbrar posibles tiempos del individuo y de la colectividad dentro de un determinado tiempo histórico. Los posibles tiempos individuales pueden responder a la vida cotidiana de una persona: Éxito o fracaso laboral, entorno seguro o criminal y otros más; los tiempos de un grupo pueden ser de progreso o de retroceso económico y cultural, de trabajo comunitario o de cansancio, de paz o de guerra entre pueblos y naciones, entre otros más.
         La cuarta estrofa enfatiza otra vez las ideas de que hay que ver el mundo tal y como es y de que hay que fluir armónicamente con las cosas del mundo. Así pues, Lao-tzu finaliza con estas ideas esenciales: El Maestro o la Maestra ven las cosas como son, sin tratar de controlarlas, y él / ella las deja ir de acuerdo a la manera de ser de las propias cosas, y reside en el centro del círculo (29). El Maestro o la Maestra es otra vez el seguidor / la seguidora de la filosofía del Tao.
         Así pues, los seres humanos deben adaptarse a la dinámica natural del mundo, con sus aspectos positivos y negativos, y mantenerse en el centro de esa dinámica universal. Sin embargo, las personas también viven por lo general en una época histórica. Dicha época concreta y específica exige a los humanos una participación activa y una actitud realista ante los normales avatares cotidianos: Trabajo, estudio, quehaceres domésticos, deberes civiles, ejercicio cultural, convivencia con otros grupos humanos, entre otras múltiples actividades.
Frente a la historia y los procesos materiales de cambio y permanencia, la filosofía del Tao y esta lección 28 sobre la contemplación y sobre la sabiduría del individuo refuerzan la espiritualidad y la inteligencia de los seres humanos para enfrentar los constantes actos materiales de la vida humana.




Obras citadas
La Biblia. 41. ed. Madrid: San Pablo, 2002.
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.

lunes, 22 de abril de 2013

LECCION 28 DEL TAO: RECIBE AL MUNDO EN TUS BRAZOS

LECCIÓN 28 DEL TAO:  RECIBE AL MUNDO EN TUS BRAZOS

ÓSCAR ROBLES


     En general, el libro 28 del Tao propone la aceptación de la diversidad del mundo (“el mundo tal como es”) y la acumulación de experiencias con esa diversidad. Esta postura vital permite a los seres humanos tener más posibilidades para usar esas experiencias en la vida, principalmente de una manera creativa. Cuatro estrofas componen el libro: Seis versos en la primera; seis versos en la segunda; seis versos en la tercera; y cinco en la cuarta.
         La primera estrofa se concentra en los opuestos de sexo-género y el positivo y creativo papel del Tao en el ser humano. Conoce lo masculino, pero tiende hacia lo femenino y recibe al mundo en tus brazos, sugiere Lao-tzu (28). El traductor Stephen Mitchell apunta en una nota a este libro que lo masculino / creativo y lo femenino / receptivo son aspectos complementarios del mismo proceso (Notes 107). De esta manera, a partir de lo receptivo puede surgir el lado creativo de los seres humanos: “Keeping to the receptive allows the creative to arise” (107). El pensador oriental cierra esta estrofa con el esencial papel del Tao: Si tú recibes al mundo, el Tao nunca te dejará y tú serás como un niño pequeño (28). Esta comparación o símil que cierra la estrofa muestra un gran fondo de belleza y sabiduría en la figura del niño. Así pues, la creatividad, la pureza original y la apertura constante al conocimiento y la experiencia son los factores esenciales para vivir con la filosofía del Tao y, por consecuencia, tener armonía con el mundo externo.
         En la segunda estrofa, el filósofo chino utiliza otra pareja de opuestos, dos colores, para recomendar una más integral experiencia humana. Asimismo, remarca la idea de acoger el Tao como forma de vida más abierta a la sociedad. Conoce el blanco, pero tiende hacia el negro y sé un modelo para el mundo, indica al principio de la estrofa (28). Si tú eres un ejemplo para el mundo, el Tao será vigoroso dentro de ti y no habrá nada que no puedas hacer, expone el maestro oriental (28).
         Otro par de opuestos esenciales del mundo y la fuerza del Tao ocupan la tercera estrofa del libro 28. Conoce lo personal, pero mantente en lo impersonal y acepta el mundo como es, señala el autor del Tao (28). Si tú aceptas el mundo, el Tao será luminoso dentro de ti y tú regresarás a tu yo original (28). La metáfora de la luz o de lo luminoso es una constante en el Tao Te King / Tao Te Ching y en las filosofías budistas. En general, la luz representa la sabiduría, la inteligencia y la comprensión de la vida como núcleos centrales del interior humano. La “iluminación” / “enlightment” es un proceso puramente interno de los seres humanos de meditación y reflexión para controlar las pasiones humanas. En suma, la “iluminación” es, finalmente, la auténtica culminación del aprendizaje y la inmersión verdadera en la espiritualidad, para dichas filosofías orientales.
      Finalmente, la cuarta estrofa enfatiza la riqueza de experiencias humanas que puede tener el seguidor o la seguidora del Tao, es decir, el Maestro o la Maestra. El mundo está formado desde el vacío, como los utensilios desde el bloque de madera, considera Lao-tzu (28). El Maestro / la Maestra conoce los utensilios, pero se inclina hacia el bloque original: Así él / ella puede usar todas las cosas, finaliza esta lección (28). Las hermosas metáforas de los utensilios y del bloque de madera incluyen elementos simples y cotidianos y sirven para ilustrar esencias abstractas: Las experiencias diversas del mundo y el origen de ellas: El Tao, la matriz quintaesencial del universo, del mundo y de los seres humanos.



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-128.

viernes, 19 de abril de 2013

LECCION 27 DEL TAO: TODO ES UTIL EN LA VIDA PARA APRENDER Y ENSENAR

LECCIÓN 27 DEL TAO:
TODO ES ÚTIL EN LA VIDA PARA APRENDER Y ENSEÑAR



ÓSCAR ROBLES



         El sentido moral de la vida, la sabiduría quintaesencial y los ejemplos prácticos y universales son muy importantes en una buena parte de los libros del Tao Te King / Tao Te Ching. En particular, el libro 27 es uno de los más importantes del Tao, según Mitchell (Notes 106). Este libro plantea las dos grandes ideas filosóficas de Lao-tzu para tiempos de crisis personal y de crisis social: La “apertura a la realidad” y la “apertura del corazón” (Notes 106). El texto original en chino contiene más ejemplos de ocupaciones humanas, tales como el caminante, el orador, el contador, el cerrajero y el encuadernador, según Mitchell (Notes 107). En la descripción del trabajo de cada uno de estas ocupaciones hay juicios morales para establecer cómo se puede ser mejor en su trabajo cotidiano. En general, el libro 27 muestra una ejemplaridad moral universal. El traductor Mitchell hace una versión sintética y poemática del libro 27 en inglés.
En el libro 27, Lao-tzu se concentra en el papel del Maestro o la Maestra ante todas las situaciones de la vida. Para enseñar esta lección, el filósofo chino utiliza algunas ocupaciones o profesiones muy importantes en toda sociedad y en toda época. Tres estrofas componen esta lección: La primera cuenta con seis versos; la segunda, con cinco; y la tercera, con cinco.
         Tres profesiones u ocupaciones humanas son el modelo de la primera estrofa, para explicar cuál debe ser el mejor perfil moral y profesional en cada una. En general, estos consejos antiguos aparentemente chocan con el fuerte sentido pragmático, ordenado, plantificado, lógico y racional de la sociedad capitalista del siglo XXI. Sin embargo, dichos consejos son muy apropiados y son funcionales en nuestro tiempo, como una forma de liberarse de las presiones constantes y del estrés cotidiano.
 En primer lugar, Lao-tzu sostiene que el buen viajero no tiene planes fijos y no es su intento llegar a algún punto específico (27). En segundo lugar, asegura que un buen artista deja que su intuición lo lleve a dondequiera que ella desee (27). En tercer lugar, el pensador oriental manifiesta que un buen científico se ha liberado a sí mismo de conceptos y mantiene su mente abierta a lo que es en realidad (27).
         En la segunda estrofa, el centro del examen es el rol del Maestro o la Maestro ante la vida. Hay que recordar que este personaje propio del Tao Te King es una manera gentil y positiva de llamar a los alumnos o seguidores del Tao. “The Master is, essentially, us”, asegura el traductor Mitchell (Foreword xi). La segunda estrofa tiene una profunda conexión con la primera, ya que ambas tratan del perfil moral de personas y profesionistas. Primeramente, Lao-tzu apunta que de este modo [como el viajero, el artista y el científico] el Maestro / la Maestra está disponible a toda la gente y no rechaza a ninguno / ninguna (27). En una nota al libro, Mitchell señala que el Maestro “is not attached to his own ideas” (Notes 107).[1] Él / ella está listo / lista para usar todas las situaciones y no desperdiciar nada, expone el filósofo chino (27). Esto se llama encarnar la luz, cierra la estrofa (27).
         La estrofa final enuncia el importante papel de la enseñanza, del maestro y del alumno para aprender a vivir en armonía con el mundo y, por supuesto, consigo mismo. La estrofa se compone de dos preguntas que encierran dos grandes afirmaciones, una cláusula condicional con “si” / “if” y una aserción final con un verbo en el presente de indicativo. Las dos hondas cuestiones abordan asuntos de moral universal con una gran visión filosófica, en un lenguaje sencillo.
Ambas preguntas son las siguientes: ¿Qué es un buen hombre, sino el maestro de un mal hombre? ¿Qué es un mal hombre, sino el trabajo de un buen hombre? (27). Como puede verse, son juicios intemporales, aplicables a todo espacio geográfico. Son, pues, verdades universales. Si tú no entiendes esto, estarás perdido, aunque seas inteligente, considera el contemporáneo del filósofo chino Confucio (27). Mitchell agrega una nota sobre la idea anterior y enfatiza el sentido moral de la vida o el juicio moral, mediante una alegoría clásica: “The Tree of the Knowledge of Good and Evil is the Tree of Death” (Notes 107). Luego, el verso final se conecta con las ideas de los versos incluidos en la cláusula condicional: Éste es el gran secreto, finaliza brillantemente Lao-tzu (27).
En suma, el gran secreto universal de la vida es que el bien y el mal coexisten en todo espacio geográfico y en toda época histórica. En tanto, el supremo consejo sabio es que el hombre bueno / la mujer buena enseña al hombre malo / a la mujer mala. El fruto de esta ardua tarea es, precisamente, LA OBRA MORAL DEL BUENO / DE LA BUENA: Convertir a los malos en buenos. Ésta es la clave esencial para fincar la armonía de una comunidad, de una nación, del mundo entero y del universo.
         Además de la escuela, la vida es un gran y largo proceso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, la vida es “Una Gran Escuela” y hay que vivir aprendiendo conductas positivas y sacando un juicio positivo de las experiencias negativas. En el largo proceso de enseñanza-aprendizaje, el ser humano siempre debe fluir con la vida y aceptar su papel social, para estar en armonía con la sociedad.



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Foreword. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. vii-xii.
—. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen Mitchell. New York:
Harper Perennial, 1992. 89-128.



[1] Mitchell utiliza algunas veces el pronombre “he” y otras el pronombre “she” para referirse a “The Master”. En este caso, usa el primero.

jueves, 18 de abril de 2013

LECCION 26 DEL TAO: SERENIDAD PARA SABER QUIEN ERES

LECCIÓN 26 DEL TAOSERENIDAD PARA SABER QUIÉN ERES


ÓSCAR ROBLES


      Lao-tzu ofrece ahora una lección en torno a la serenidad, al viaje interior, a la raíz humana y a la identidad individual, a base de algunas aserciones aparentemente contradictorias. Tres estrofas sirven al filósofo chino para contrastar cualidades, acciones y personas. En especial, resalta en el libro 26 el marcado contraste entre los papeles principales del líder político y del Maestro / la Maestra o seguidor/ seguidora del Tao. Es decir, se contrapone el poder y la filosofía, la política y la sabiduría. Dos versos tiene la primera estrofa; cuatro versos la segunda; y seis la tercera.
       Lo pesado es la raíz de lo ligero y lo inmóvil es la fuente de todo movimiento, resume la primera estrofa (26).
         En cambio, la segunda estrofa incluye en sus ideas al seguidor del Tao (Maestro / Maestra), como el perfecto modelo de actuación en la vida. Para este propósito, el autor establece una franca conexión con las ideas anteriores de pesado-ligero y de inmóvil-movimiento. Al principio, Lao-tzu afirma que de este modo el Maestro / la Maestra viaja todo el día sin dejar su casa (26). En particular, el traductor Mitchell remarca en una nota al final del libro el estado de gran serenidad que adquiere el seguidor / la seguidora del Tao en el citado viaje interior: “In the midst of joy or anger or sorrow, she [The Master] remains imperturbable” (106). A pesar de los paisajes espléndidos, él / ella permanece serenamente en sí mismo / misma, cierra la estrofa el filósofo chino (26).
      La estrofa final concluye con la necesidad del viaje interior para reencontrar la esencia y la identidad humanas. El maestro chino usa una pregunta y dos cláusulas condicionales con la conjunción “si” / “if” para exponer su sabio pensamiento. En primer lugar, la punzante y crítica cuestión es la siguiente: ¿Por qué debería el señor del país revolotear por todas partes como un tonto? (26). Luego, Lao-tzu ofrece la sintética idea moral y filosófica de todo el libro con las cláusulas condicionales: Si tú te dejas a ti mismo ser arrastrado de aquí para allá y de allá para acá, pierdes contacto con tu raíz y si te dejas a ti mismo moverte con inquietud constante, pierdes contacto con quién tú eres (26).
         En suma, es importante tener serenidad y conectarse con su interior para reconocer su identidad personal verdadera.



Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.
Mitchell, Stephen. Notes. Tao Te Ching. By Lao-tzu. Trad. Stephen
Mitchell. New York: Harper Perennial, 1992. 89-126.

miércoles, 17 de abril de 2013

LECCION 25 DEL TAO: EL TAO SE SIGUE A SI MISMO

LECCIÓN 25 DEL TAOEL TAO SE SIGUE A SÍ MISMO


ÓSCAR ROBLES


      La definición del Tao ocupa diversos libros en el Tao, anteriores al presente, tales como el 4, 5, 6, 7 y 21. En el libro 25, aparecen algunos rasgos semejantes a los expuestos en dichos libros y, además, equipara los cuatro grandes poderes entre sí —Tao, universo, tierra y ser humano— y pondera al Tao como el máximo poder. En este caso, Lao-tzu usa cuatro estrofas: La primera con ocho versos; la segunda con tres; la tercera con cinco; y la cuarta con cuatro.
   Primeramente, Lao-tzu define el origen y algunos rasgos centrales del Tao. Hubo algo sin forma y perfecto antes de que el universo naciera, comienza la primera estrofa (25). Luego, el filósofo chino enumera algunas características básicas de ese “algo”: Sereno, vacío, solitario, sin cambios, infinito, eternamente presente (25). Es la madre del universo y a falta de un mejor nombre, lo llamo el Tao, expone el pensador oriental (25).
   En segundo término, caracteriza la naturaleza puramente abstracta y espiritual del Tao: Fluye a través de todas las cosas, adentro y afuera, y regresa al origen de todas las cosas (25).
      En tercer lugar, Lao-tzu examina brevemente los cuatro poderes del cosmos. Dice que el Tao, el universo, la tierra y el ser humano son magníficos y estos son los cuatro grandes poderes (25).
       Al final, pondera y jerarquiza los cuatros poderes mencionados en la estrofa anterior. Para Lao-tzu, el ser humano sigue a la tierra, la tierra sigue al universo, el universo sigue al Tao y el Tao se sigue a sí mismo (25).
   Como puede apreciarse, el pensador chino muestra su consistencia de pensamiento y una postura altamente espiritualista y filosófica. Según el libro 25, el Tao es una especie de dios o esencia divina, un espíritu fundador de todas las cosas, un hálito espiritual que penetra el interior de de las cosas y está en el mundo externo.
Por encima de todo, el Tao es un Ser autónomo y los humanos deben acogerlo y seguir fielmente para ser felices en medio de un entorno social altamente conflictivo.




Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.

LECCION 24 DEL TAO: HAZ TU TRABAJO Y DEJALO IR

LECCIÓN 24 DEL TAO
HAZ TU TRABAJO Y DÉJALO IR


ÓSCAR ROBLES


Seis reflexiones sabias sobre el correcto enfoque en algunas acciones humanas y sobre el papel relajado de los seres humanos frente al propio trabajo creado, son el centro del libro 24 del Tao.
Estas ideas son expresadas mediante una especie de sentencias morales o refranes de sabiduría, usando el sujeto indefinido “el que o la que”. En total, Lao-tzu usa dos estrofas: una larga, con doce versos; otra, corta, de dos versos finales que, como es la tendencia general del libro, contienen la idea fundamental de la lección.
Para transmitir el consejo moral o filosófico, la primera estrofa se enfoca en la postura física del humano, la carrera física o figurada, la propia proyección personal en la sociedad, la autodefinición como individuo, la naturaleza del poder y la obra duradera. En primer lugar, Lao-tzu expone que el / la que permanece de pie en puntillas no está parado firmemente (24). En segundo lugar, sostiene que el / la que corre adelante no va lejos (24). En tercer lugar, el / la que intenta brillar disminuye su propia luz (24). En cuarto lugar, apunta que el / la que se define a sí mismo / misma no puede saber quién realmente es (24). En quinto lugar, considera que el / la que tiene poder sobre otros no puede darse poder a sí mismo / misma (24). En sexto lugar, asegura que el / la que se aferre a su trabajo no creará nada que dure (24).
Si tú quieres ir de acuerdo con el Tao, sólo haz tu trabajo, luego déjalo ir, concluye Lao-tzu en la estrofa final. (24).
En suma, el filósofo chino examina breve y sustancialmente la naturaleza auténtica e inteligente de las acciones humanas. Asimismo, establece claramente que los seres humanos, para vivir bien, primero tienen que concentrarse en su interior, mostrar una actitud despreocupada ante las cosas del mundo y, principalmente, acoger el Tao como fuente suprema de honda reflexión y mesurada acción en medio de las constantes veleidades del mundo externo.  




Obras citadas
Lao-tzu. Tao Te Ching. Trad. Stephen Mitchell. New York: Harper
Perennial, 1992.

LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS

  LA TIENDITA DE LAS AGUAS FRESCAS Y LAS HISTORIETAS   POR ÓSCAR ROBLES            Ya no resplandecían los coloridos barriles de vid...