martes, 6 de agosto de 2013

EL RUIDO EXCESIVO EN LAS CIUDADES MEXICANAS Y OTROS PROBLEMAS URBANOS

EL RUIDO EXCESIVO EN LAS CIUDADES MEXICANAS Y OTROS PROBLEMAS URBANOS

ÓSCAR ROBLES

      El ruido de las urbes mexicanas es cada vez más excesivo y más molesto, especialmente en las medianas y en las grandes ciudades. Además, este ruido causa excesivo estrés a los ciudadanos. Motores rugientes, estéreos a todo volumen, rechinidos de balatas defectuosas, pitidos constantes de alarmas de carros, ladridos de numerosos perros, gritos y chiflidos bárbaros de personas, numerosas pláticas con malas y violentas palabras y estridente música de las tiendas comerciales, son algunos de los molestos y abundantes sonidos que alteran cotidianamente la labor doméstica, el trabajo, el estudio y el descanso nocturno de los mexicanos.
         En especial, los automotores se han convertido en la moderna “plaga” de las ciudades, generando nueve problemas graves para el país: 1) Ilegalidad; 2) criminalidad; 3) obesidad; 4) tráfico excesivo en las arterias de las ciudades; 5) numerosos accidentes viales y muertes trágicas por impericia y abuso de conductores; 6) desgaste acelerado del pavimento; 7) violaciones a las leyes de tránsito; 8) cultivo de una psicología nueva del conductor cada vez más egocéntrica, arrogante, violenta, anti-comunitaria y anti-ciudadana; 9) falta de compromiso presupuestal con los municipios por parte de los propietarios de vehículos ilegales, entre otros más.
Se calculó que en 2012 había alrededor de seis millones de vehículos ilegales en los treinta y dos estados de México. En verdad, estas grandes y necesarias tecnologías son una gran ayuda al transporte de las familias y de los productos comerciales, pero a costa de generar una perniciosa contaminación del aire y, desde luego, propiciar una contaminación extrema del ruido, además de los problemas señalados arriba.
    Sin duda, los gobiernos municipales tienen que crear leyes nuevas, multar y castigar a los conductores infractores, para controlar el ruido de los automotores o de otra fuente, durante el día y durante la noche. Urge este tipo de leyes.
Sobre todo, es importante legalizar los vehículos ilegales. Seis millones (6,000, 000 millones) de vehículos ilegales por diez mil pesos ($10, 000) de un posible pago por la legalización de dichos automotores, es mucho, muchísimo dinero. Mil pesos ($1000) por el pago de la revalidación vehicular o de una posible tenencia, cada año, es mucho, muchísimo dinero para mejora los presupuestos de los gobiernos estatal y federal.
Urge fomentar el uso de las bicicletas, promover el uso de taxis de bicicleta en los centros de las ciudades y otras zonas, modernizar el transporte público colectivo y crear vías especiales para estos tres tipos de transporte. De otro modo, los millones de vehículos automotores van a determinar los futuros diseños urbanos de las ciudades mexicanas en los próximos anos y décadas: Habrá que construir más calles, avenidas y estacionamientos, desplazando a los necesarios parques, bibliotecas, museos y centros deportivos y culturales.
      Del siglo XX al siglo XXI, el país ha dejado de ser el armonioso “México sonoro” para convertirse en el  “México ruidoso”. Muchas ciudadanos han de extrañar seguramente los acordes melodiosos de los radios caseros con canciones de Javier Solís, Rocío Durcal, José José y otros artistas de renombre y categoría; la música de mariachi; el clásico Huapango de José Pablo Moncayo; los cilindreros; el silbato de los vendedores de camote; el suave canto de los pájaros, el soplo del viento; y, sobre todo, las conversaciones mesuradas, discretas y civilizadas en las calles.  .  .
    Ante todo, muchos mexicanos extrañan vivir de manera armónica y civilizada con su entorno urbano, donde ahora pululan los nuevos y primitivos bárbaros de las urbes, a pie o en vehículos automotores. Estos “bárbaros” son los nuevos “nacos” del siglo XXI, los cuales se dejan llevar no por “la corriente de la vida”, sino por la detestable “vida corriente” y vulgar de nuestro “tiempo mexicano” del siglo XXI. Entre 2007 y 2013, una parte de los mexicanos se han dedicado a cultivar las muertas costumbres de las “anti-culturas” en lugar de hacer deporte, educarse a profundidad y afiliarse a una iglesia o club social. 
     Es necesario crear leyes nuevas y novedosas y, en especial, replantear cómo los mas de ciento diecisiete millones de mexicanos van a convivir durante el resto de la presente década, dentro de los nuevos y numerosos espacios urbanos tan masificados, tan tecnologizados y tan criminalizados. En estos espacios urbanos, los automotores tienen un papel decisivo y definitorio en el surgimiento de las nuevas costumbres mexicanas. Y los humanos, seres inteligentes, son los dueños de esos vehículos.

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